jueves, 17 de noviembre de 2011

La Tetera de Russell


Bretrand Russel

Richard Dawkins





Por si los presentes no lo fueran suficientemente, se avecinan malos tiempos,  o sea, peores todavía. En momentos como estos  me encuentro tan desconcertado como la mayoría de la población y soy proclive a divagar en busca de cualquier cosa que sirva para aflojar la tensión que producen la atenta escucha de los telediarios o la no menos atenta lectura de según qué artículos de opinión de según qué periódicos.
Luego me pongo a pintar pero, como estoy muy disperso, enseguida me canso y se me acaban las ideas o ando escaso de serotonina y se me quejan las sinapsis de las neuronas.
¿O es que alguien se cree que no hacen falta demasiadas neuronas para pintar cuadros o hacer dibujos, sean estos y aquellas figurativos o abstractos?
Bueno, la verdad es que viendo algunas de las últimas manifestaciones contemporáneas de estos dos procedimientos artísticos, yo no haría culpable a ningún escéptico.
A lo que iba, que no quiero divagar.
Tras aceptar mi momentánea falta de entusiasmo por esa actividad artística, que hasta hace un par de años era mi sustento, me dispongo a un  cotidiano paseo por Wikipedia.
Es este un paseo mucho más saludable que cualquier otro de los que me recomiendan en el centro de salud para controlar los excesos de glucosa en sangre. Confesada esta afición , que a veces es adicción, me permito recomendar a mi vez, dicho paseo con este enlace es.wikipedia.org/
Es sobre todo por apoyar esa  bien razonada ayuda que pide Jimmy Wales (yo ya he colaborado).
Al iniciar este paseo iba pensando  que en esta sociedad nuestra, tan amenazada por los Mercados Financieros, se avecina un cambio de gobierno que previsiblemente va a dar al traste con uno de los logros del anterior. Me refiero a la tan controvertida asignatura del Educación para la Ciudadanía, ese intento laico y razonable por mejorar el bagaje cultural de nuestras jóvenes generaciones. Quienes deseen que sus hijos estudien religión en su derecho están pero bueno sería que tanto padres como hijos, y suponiendo que de estas dos categorías una al menos lea estas líneas, se encontraran con estos dos impagables textos que yo he encontrado en mi vespertino deambular por la enciclopedia libre escritos por Bertrand Russell y Richard Dawkins:












La tetera de Russell es una analogía creada por el filósofo Bertrand Russell para refutar la idea de que le corresponde al escéptico desacreditar las afirmaciones infalsables de la religión. En un artículo titulado Is There a God? (del idioma inglés, "¿Hay un Dios?"), encargado (aunque nunca publicado) en 1952 por la revista Illustrated, Russell escribió lo siguiente:


Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la tetera es demasiado pequeña como para ser vista aún por los telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, puesto que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de una presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, se pensaría con toda razón que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si la existencia de tal tetera se afirmara en libros antiguos, si se enseñara cada domingo como verdad sagrada, si se instalara en la mente de los niños en la escuela, la vacilación para creer en su existencia sería un signo de excentricidad, y quien dudara merecería la atención de un psiquiatra en un tiempo iluminado, o la del inquisidor en tiempos anteriores.

En su libro El capellán del diablo Richard Dawkins desarrolló el concepto:   
La razón por la que la religión organizada merece hostilidad abierta es que, a diferencia de la creencia en la tetera de Russell, la religión es poderosa, influyente, exenta de impuestos y se la inculca sistemáticamente a niños que son demasiado pequeños como para defenderse. Nadie empuja a los niños a pasar sus años de formación memorizando libros locos sobre teteras. Las escuelas subvencionadas por el gobierno no excluyen a los niños cuyos padres prefieren teteras de forma equivocada. Los creyentes en las teteras no lapidan a los no creyentes en las teteras, a los apóstatas de las teteras y a los blasfemos de las teteras. Las madres no advierten a sus hijos en contra de casarse con infieles que creen en tres teteras en lugar de en una sola. La gente que echa primero la leche no da palos en las rodillas a los que echan primero el té.


Desconozco si existe algún texto dedicado a desacreditar las afirmaciones  de  

Educación para la Ciudadanía, sean o no infalsables, tan creativo e inteligente como 

los de Bertrand Russell y Richard Dawkins. Si existe, seguro que Google lo sabe y 

ya lo ha colgado, con lo que se pueden comparar ambos. No en vano este motor de

búsqueda empieza a ser considerado por algunos como el verdadero dios cuya

omnipresencia en la Red y cuya capacidad para contestar a todas las preguntas lo

 hace ver como tal.

Si no lo creen , aventúrense a dar un interminable paseo por los vericuetos de

Wikipedia, su hija unigénita.

Ayuda mucho a la ciudadanía y a su educación.

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