domingo, 29 de mayo de 2011

15 M en Sol: INDIGNADOS, LA ASAMBLEA QUE NO CESA



Van a seguir. Estan organizados, son respetuosos con el procedimiento y el sistema asambleario, trabajan en comisiones, observan protocolos de funcionamiento, buscan el consenso y están abiertos a escuchar cualquier opinion que se manifieste "radicalmente en contra" de cualquier propuesta.

 Su práctica asamblearia no empezó anteayer y pertenecen a ese sector social y generacional que entendió que cosa es la democracia, son ellas y ellos distrubuyendo tareas comunes que no observan los rutinarios roles de género preestablecidos. Reclaman, a cualquiera que intervenga libremente en sus discusiones, una contención verbal y una concisión expositiva que consiga la eficacia del discurso.

Conocen los inconvenientes que para los comercios de la zona, presenta su permanente acampada, hablan con ellos y buscan acuerdos con la mayoría decididos a obtener su apoyo y ayuda. Son solidarios antes de reclamar solidaridad.
Están obteniendo la simpatía de personas  anónimas y personajes públicos exentos de prejuicios y tan convencidos como ellos de la necesidad de la utopía.
Se identifican y están intentando provocar la reflexión de los sectores sociales con conciencia crítica y motivación solidaria, democrática y pluralista.
Están elaborando sus propios signos de identidad, con sus gestos y sus actitudes corporales y mentales.

Son otros más de los que no se resignan con lo establecido y su movilización tiene derecho y sobre todo tiene razón y razones que expresan en pancartas, pasquines y carteles que compiten en creatividad y escasez de medios.
Son otros más, y solidariamente organizados, de los que han hecho de la necesidad virtud y de los que creen posible lo necesario.

Están en construcción. Colaboremos con ellos, muchos ya lo hacen.

Lo próximo es el compromiso.


















4 comentarios:

Gastón Segura dijo...

Vamos a ello, Enrique, pero ¿qué debemos hacer?

Enrius dijo...

Pues que digo yo que pasarse por Sol, firmar lo que sea menester firmar y esté conforme con las convicciones de cada uno.
Luego, si es pertinente y el visitante tiene tiempo, asistir a la asamblea (para recordar, por ejemplo, los tiempos de la Facultad).
Una vez cumplimentados tan sencillos requisitos publicitar, con los medios de los que uno disponga,este movimiento que por su empuje y decisión ha conseguido,afortunadamente, mucha más publicidad de la que cada uno de nosotros pueda darle.
Pero dice el dicho que el que da lo que tiene no está obligado a más.
No es mala cosa hablar con ellos tranquilamente y , ya puestos , si uno tiene valor, agarrar el micrófono que ofrecen sin reparos a todo el mundo, y ejercitarse en la oratoria.

Jorge Coco dijo...

No entiendo, querido Enrius, el elogio del “estar radicalmente en contra” de cualquier propuesta. Creo que las prácticas asamblearias dan de sí lo que dan de sí. Me parece que a la larga no hay organización política que aguante (al menos en sociedades de millones de miembros) sin alguna forma de representación. O dicho de otra forma, este sorprendente y necesario 15-M terminará agotándose si no se canaliza a través de algún proyecto o propuesta política, por más provisorios y revocables que resulten luego. La asamblea y la multitud son suficientes para estar en contra (por ejemplo, para arrojar a un tirano por la ventana). Pero cuando se trata de estar a favor de algo, las cosas se ponen un poco más complicadas. Afloran las diferencias de enfoque y no me imagino cómo procesarlas sin alguna forma de organización institucional más o menos permanente. ¡Democracia real ya! Como consigna está muy bien, pero no es algo que se le pueda exigir a Zapatero o a Rajoy. ¡Dénnos democracia real ya! Se me ocurre que revitalizar esta democracia algo anémica y burocratizada depende de muchas y diferentes iniciativas en ámbitos tan dispares como la educación, los medios de comunicación, el sistema electoral, la organización de partidos políticos y tantos otros. Un tarea que exige propuestas (sí, propuestas por la positiva) sobre las que reflexionar y deliberar.

De ninguna manera estas consideraciones pretenden minimizar la importancia de este movimiento; en primer lugar el haber puesto el dedo en la llaga (al menos así lo veo yo a miles de km de distancia) de los males de una democracia que, sin dejar de serlo, necesita demasiadas reparaciones. Precisamente por esto sería una pena que el 15-M quedará reducido a una impotente rabieta testimonial como hemos conocido tantas en las últimas décadas. Y para que esto no ocurra, me parece, hay que eludir la tentación de la anti-política (debo decir por cosas que he leído que al menos una parte del movimiento lo tiene claro).

No hace falta decir que si aún viviera en Barcelona, estaría en la Plaza Catalunya diciendo esto que aquí escribo.

Un abrazo republicano

Enrius dijo...

Lo próximo, querido Coco, es el compromiso, que así terminaba esta entrada. Y creo que este movimiento lo sabe y , pues hoy mismo han decidido levantar el campamento de Sol, no me cabe duda de que van a asumirlo por barrios.
Ni desde allá en la distancia ni desde aquí , sabemos cómo acabará esta insólita y esperanzadora acción. Ahora, hoy, lo que importa es que ha sucedido y esto, se crea o no, marca un antes y un después.
Comparto tus dudas pero no el escepticismo de otros ante este movimiento. Otros cuya acomodaticia fe en el sistema corre pareja con la que profesan a un más allá salvífico y eterno, mientras en el más acá millones se preguntan con desesperación dónde coño está ese futuro y esa esperanza a los que tengo derecho.
No está la democracia de este país( y la otros muchos) como para descreer de sucesos como el que ha protagonizado este movimiento horizontal que ha decidido buscar, en sus procedimientos, el consenso a toda costa.
Puede parecer utópico pero muchos de mi generación estamos convencidos de la necesidad de la utopía.
Ya no se les pide ni a Zapatero ni a Rajoy lo que no pueden dar y solo la ingenuidad de quienes , en uno y otro bando, profesan adhesiones inquebrantables, esperan lo que, por otro lado, no sería del todo descabellado esperar.
Pero existe ese monstruoso dios, vertical, metálico y despiadado que tiene un nombre ficticio y un poder real, exige obediencia ciega y sobrevuela el planeta impartiendo órdenes, consignas y dividendos.
Como para no necesitar de la utopía...

Por cierto, Coco, propuestas, este movimiento ya ha formulado varias.
Está concretando su lucha, estableciendo calendarios y abordando problemas como la falta de representatividad, la necesidad de acceso a la vivienda parando los deshaucios por impago de las hipotecas, la pérdida de derechos, la reforma de la ley electoral, la lucha contra el fraude fiscal y los paraísos donde se refugia, la voraz privatización que pretende dejarnos sin sanidad pública y..hasta sin agua pública.
Como para no creer y necesitar de la utopía, repito...