martes, 26 de abril de 2011

Cambio de tercio

Penúltima hora. Las dolencias de Krahe.




La revista  quincenal  de actualidad crítica Diagonal  publicó en su número 140 del 23 de diciembre pasado una entrevista con Javier Krahe firmada por Mario Bravo, periodista a quien no tengo el gusto de conocer.
Dicho periodista confirmó , en el titular de la portada, lo que muchos amigos de Javier sabíamos: Le duele la democracia. A varios amigos, entre los que me cuento, nos sucede lo mismo pues a partir de cierta edad, que es la provecta, empiezan a aflorar en nuestros respectivos organismos toda clase de dolores que confirman aquello de que si, una vez cumplidos los cincuenta, te levantas una buena mañana y no te duele nada es que estás muerto.
La entrevista es interesante y merece recomendación y lectura, culturas@diagonalperiodico.net
Prácticamente todo lo que concierne a Javier merece recomendación, lectura y  atenta escucha y declaro que más de treinta años practicando esto que escibo y que puede considerarse hagiográfico sin que eso suponga santidad en Krahe, avalan mi afirmación.
Mucha gente sabe que  Javier y yo nos conocimos en La Mandrágora, de la misma manera que casi todo el mundo declara haber estado, en aquellos años y al menos alguna vez, en tal taberna, o haber tocado la batería con Los Pekenikes. Cosas de la edad.
Comparto con Javier el gusto, la práctica y la condición de apóstata pese a que ambos fuimos educados (es un decir) en colegio de pago , decididamente religioso y casualmente el mismo. O precisamente por eso.
Comparto también esa poética , amorosa y parafrástica declaración de Javier : "me gustas democracia porque estás como ausente" pues como todos los amores a los que nos entregamos, incluso ciegos de pasión, al final nos duelen.
Lo que sucede es que  Unamuno ya tenía dicho que le dolía España y a los demás, que no acabamos de saber qué es España (típica ignorancia intencionada, propia de los españoles), lo que nos duele es la democracia que sí sabemos lo que es pero no dónde coño está ahora mismo.
Javier está demandado por una cosa  presuntamente sacrílega y gastronómica que tiene que ver con la enseñanza de las prácticas de horneado de determinados objetos de culto. Y es raro, porque este  viejo amigo ya tiene escrita hace muchos años una canción en la que se recomienda seguir Los caminos del Señor en la que insta, además, al pecador  para que rectifique su licenciosa conducta. Y creo que varios colectivos católicos piden para él una sanción de 192. 000 euros de vellón por esta receta culinaria filmada hace también más de treinta años. Deben de ser católicos a machamartillo, de los que desean ver a Javier frente al Señor Juez y en La Hoguera.
A mi sobrino Juan Cavestany Böcking, que acaba de llegar de Montevideo  para nacionalizarse español, sólo le duele el cuello debido a una contractura muscular pero pronto le dolerán la democracia y España.
Y es que ya tiene más de cincuenta años, pero se empeña en ser español.


13 comentarios:

Gastón Segura dijo...

Querido Enrique, el otro día, en nuestro querido Estar, Javier, abundando sobre la materia con Octavio y servidor, definió perfectamente el estado de la cuestión: esto no es una democracíia, sino una sinarquía. Añado a continuación las definición de tal término según la Real para ilustración de los amigos lectores:
sinarquía.
(Del gr. συναρχία, poder conjunto, magistratura colectiva).
1. f. Gobierno constituido por varios príncipes, cada uno de los cuales administra una parte del Estado.
2. f. Influencia, generalmente decisiva, de un grupo de empresas comerciales o de personas poderosas en los asuntos políticos y económicos de un país.

Enrius dijo...

Adecuada coincidencia, amigo Gastón.
Nada como un buen diccionario para saber quién administra realmente nuestra imperfecta democracia: el dios Mercado que, como los griegos y romanos, adopta diversos nombres, FMI,BCE,Los hermanos Lehman,triples o dobles alianzas en la sombra, en efecto, de personas poderosas en asuntos económicos.Eso, sinarquías.
Y nosotros a meter un papelito en la urna cada cuatro años, o antes si espera peligro de muerte o si ha de comulgar (con ruedas de molino).
Cómo no nos va a doler...

Rosina Cavestany dijo...

Ay Enrius... los leo y suenan como quejosos decadentes, perdoname la sinceridad a cambio de mi cariño. Espero que Juan en su corta visita te contagie algo del optimismo que lo caracteriza, que me parece que tiene que ver con la forma de mirar las cosas y elegir cuales mirar. Modesta opinion. Besos miles!

Enrius dijo...

No hay, querida Rosina, cariño si no es sincero, con lo cual no tengo nada que perdonarte.
Nuestras opiniones y comentarios le suenan a cada cual según su naturaleza y bueno es que expresen a qué les suenan dichas opiniones con absoluta libertad.
Las críticas vertidas en esta entrada( si es que son críticas) no suponen decadencia alguna pero, en todo caso, siempre constituyen una elección que refleja nuestro punto de vista sobre las cosas. Lo que tu entiendes como quejas son opiniones y definiciones académicas.
Personalmente no me quejo de casi nada aunque soy pesimista (que es el optimismo de los realistas)
Hace ya años que Juan y yo nos contagiamos mutuamente sin que nuestra forma de mirar las cosas sea necesariamente la misma, por eso nos llevamos tan bien.
Besos madrileños.

Enrius dijo...

Querida cuñada, gracias a la ayuda de Enrius me meto en estos foros públicos que sin duda no son lo mío.

Debo decir que yo estoy quejoso por que me duele el cuello, no sé si ya me dolerá España y la democracia pero ojalá que no pues con el cuello tengo bastante.

De todas maneras les cuento (no se bien a quién) que me lo estoy pasando bomba aquí en Madrid, estrenando mi flamante ciudadanía, con mis queridos tíos y aprestándome a conocer más miembros de esta multitudinaria familia.

A mi regreso os contaré.(perdón pero ahora debo expresarme como español)

Besos y abrazos a quien corresponda.

JC

PS/ Parece ser que Blogger no le permite a Juan publicar sin una cuenta google (?!). Quede constancia de que lo anterior está escrito por el mencionado Juan Cavestany Böcking.

O. dijo...

Queridos todos: con lo mal que está, estuvo y estará la cosa, el mundo no se encontró nunca tan esperanzado como cuando las sinarquías se tropezaron con las leyes. Haya prícipes y banqueros, pero haya leyes que les recorten el poder y las influencias y protejan a los súbditos, clientes y personal de paso de su natural avidez. Cazadores y cazados, que diría, sin querer decirlo, el Kant del amante ocioso de Gastón. Que la gravitación universal nos afecta a todos, esto es relativo, relativo a nuestra condición, y que la ley a todos afecte, esto es relativo también, debiera serlo, según la razón de la gobernanza de los humanos, que no es relativa al ser humano, sino a su excelencia. Y siento nombrar gobernanza y que me venga a la cabeza Felipe González, y siento también nombrar excelencia y que me venga Gabriel Albiac, qué horror. Esto debe ser relativo a mi decadencia, desánimo y desgana.

Oídos y Orejas dijo...

Esto les sucede a casi todos ustedes por andar por el mundo sin dioses que les comprendan, les escuchen, les esperancen y les esperen para premiarles de tanta desdicha con la eternidad refulgente y en paz. Porque sólamente son -casi todos los que aquí aparecen- como materia atómica. Nada más, más complejos quizás que la pirita o las magnolias, pero materia atómica esencialmente. Sin alma no se puede andar por este valle de lágrimas. ¿Qué les cuesta inventarse un buen dios, como el niño solitario se inventa un amigo particular e intransferible? Los príncipes de la sinarquía, que proclama ese amigo de ustedes que tanto reverencian, no serían nada en el coro celestial de arcángeles, ésa sería la justicia verdadera, la ley la divina, que coloca a todos en el mismo banco del Juicio Final. Pero nada, se empeñan ustedes en andar por el mundo solos y desamparados, ¡¿cómo no van a ser pesimistas, desganados y desgraciados?! Si es que se lo buscan. Aprendan de esta Rosina, al parecer de la interminable saga Cavestany, y a la que no tenía el gusto de conocer, ríanse de los desastres que le provocan las penas, protéjanse de la que está cayendo con algún amigo imaginario y de gran poder, y verán como se sienten algo más que materia atómica, que polvo de estrellas.
Y háganme el favor de animarse (a ver si, de paso, me contagian).

Oídos y Oreajs desde Chieri, Torino, un saludo.

Enrius, no he podido seguir con los pemas de la desolación, no tengo tiempo ni para el dulce solaz que me supone trabajar en ellos.

Tasio Uzqueda dijo...

Si es que se les deja a ustedes sin vino y se ponen como si serían albérchigos amargos. Qué pena que dan. Se me animen, coño, miren al Gastón este, asomando por su ventanita fumando y seguro que en la parte que no sale con un riojita a la mano. Si es que es la imágen del cachondo. ¿Eres riojano, majo? Tal que pareces. A ver si me animas al O., que veo lo nombras mucho, que está muy alicaído, como el hermano que no es hermano, el jefe de aquí, el Enrius, que anda que van los dos de culo y marcha atrás. Que parece que no son de este mundo y me barrunto que todo lo que les sucede es que por la crisis se comen pocas rosquillas con su arte. Tiene cojones, tan intelectuales y tan jodíos por culo.
Vénganse por La Rioja y les quito las penas de un plumazo: setas, vino y pimientos. ¿A que no está mal?, y eso sólo para empezar, antes del arranque. Y que se venga también el remilgao de Turín, que anda que los poemas esos son ladrillo, si hasta parecen buenos los dibujos por lo malos que son los poemas. Vente Oídos y te espabilo.
Anda, a cascala todos.

Enrius dijo...

Amigo Uzqueda:
Ya leo que sigue usted fiel a sí mismo, da gusto con usted, tan fino, tan sensible en sus modos expresivos, tan a la pata la llana...Vamos que resulta usted portaestandarte de la riojanidad.
Le imagino en las fiestas de San Mateo a lomos de un gorrino y celebrando a voz en grito las excelencias de un buen morapio.Es decir: Ad vinum diserti.

Tasio Uzqueda dijo...

Imagíneme como quiera, pero tráteme como si seríamos amigos.
En los retratos que salen pinta usted buen mocetón, como del norte. Nunca me he fiado de los escuchimizados ni de los que no beben vino (como ese J Krahe del que hablan aquí, que está en los huesos y debe ser vegetariano y abstemio). Pero, vino vino, que a cualquier bebercio llaman vino en Madrid. El desagradecido ese de O., que es un despatriado, me han dicho que pide vino de Alicante, que ya es pedir.
No sé cómo le aguantas, majo, y no le mandas a cascala, como decimos por aquí, que ya sabe él, ya sabe...

Rosina Cavestany dijo...

Hola, gente! Me han hecho reir con todas estas entradas. "O" inefable como siempre. "Oidos y orejas": cien por ciento de acuerdo contigo, obviamente. "Tasio": cuanta razón tienes, casi que si yo "sería" tu, les diría las mismas cosas. Juan Cavestany, no creo que el cuello te duela por España según la teoría de Enrius, pues si mal no recuerdo ya te tenía atormentado antes de irte para allá. Es posible aunque no probable que la teoría de Enrius funcione a larga distancia y anticipando tu viaje te haya preparado dandote por la nuca. Jamás lo sabremos. No te puedo imaginar escribiendo un post en un blog sin saber quien lo leerá y sin siquiera poder actuar con total independencia al no tener una cuenta google; me reí fuerte solo de imaginarte. Extraña influencia la de España que te ha hecho escribir pese al bozal. En fin, cosas raras pasan, acá y alla y acullá también.
Pero está claro que el pueblo pide una visión más optimista. Al que le quepa el sayo...

Tasio Uzqueda dijo...

Mire, Rosina, no se me ría de mi manera de escribir o, mejor, si lo "haría", sepa que ya el tatarabuelo del tatarabuelo del tatarabuelo del tatarabuelo del tatarabuelo del tatarabuelo del tatarabuelo del tatarabuelo del tatarabuelo del tatarabuelo de mi tatarabuelo, que era de Ezcaray, hoy en la Rioja Alta, pero en aquellos momentos localizada en el extremo más occidental de la Tarraconensis, ya se expresaba en una confusión de pretéritos e infinitivos, dado que la natural traducción del euskaro a la nueva lengua romance -que devendría en román paladino y más tarde en castellano español- resultaba más cercana (incluso políticamente hablando) si infinitivos y pretéritos tenían una expresión participativa común y no tan profusa como en el castellano culto, como sucede en el lenguaje de los basokos o vascos, que es lo que eran y hablaban los tatarabuelos de aquellos castellanoparlantes primeros entre los que se encontraba el antepasado mío de Ezcaray que he citado más arriba. De ahí viene también que no sepamos decir las sílabas que llevan "tr"(eso dicen los de Madrid, porque yo no acabo de verlo, oírlo, claro), y pronunciemos(dicen) en su lugar una especie de "ch" y digamos por ello: chen, en lugar de tren, ches, en lugar de tres, chemendo, en lugar de tremendo, etc., derivación esta también de las tx y las tz euskaldunas. Por cierto que los chilenos hablan así, con las tr hechas ch, por lo que supongo que hubo -en lo que vendría a ser Chile mucho después, hablando en siglos- una gran influencia del modo de hablar castellano de los riojanos que allí fueron a enseñarles a los futuros chilenos a vinificar y a ensamblar duelas para toneles y otros menesteres agropecuarios cuando, en tiempos coincidentes, en lo que sería más tarde Uruguay todavía no se habían decidido si construir o no una ciudad en aquél monte sexto que cogía tras otros cinco de Este a Oeste, Monte VI de E a O.
Entienda, pues, que mi forma de escribir no es que sea fingida o graciosa, sino que trato de enfatizar nuestros modos de expresión riojanos, porque soy nacionalista en estas cosas y en otras, o sea: cabezota, aunque me lo estoy mirando con un psicoanalista de Córdoba, Argentina, que vive en el portal de al lado al que yo vivo en Logroño, y que está casado con una argentina que hace pizzas como si las habría inventado su propia abuela de ella. Tal es como las presenta, con el ego natural a los argentinos protegidos conyugalmente y civilmente por lacanianos y espiritualmente por Perón.
Yo sé que Enrius sabe que mi riojanidad me tira al monte (o del monte, según) y que finjo escribir como hablo, pero en esta ocasión, por contestarle a usted, de la saga interminable de los Cavestany, a la que no tenía el gusto de conocer pero que ya voy conociendo (por lo que espero sea usted buena fajadora como lo son tan reciamente), he cambiado mi forma habitual de escribir por esta otra, como si sería o fuera español de base, rank and file, que dicen los británicos. Y no le mando a usted a cascala como hago habitualmente con otros, con los que sé no lo entienden sino como expresión de mi riojanísima vulgaridad manifiesta, porque la conozco a usted de hace poco y no sé si esa risa que dice le provoca mi forma de escribir fuera a tornarse en rictus ofendido. Cosa que no pretendo.
Se nota que o es usted muy joven o le falta un hervor, pero en lo que escribe usted hay como punzadillas de mosquita muerta, y esto, para un riojano es duro de tragar, como chigo crudo de posche.

Rosina Cavestany dijo...

Jamás, Tasio, jamás me reiría yo de su forma de escribir, que encuentro divertida (en el buen sentido de la palabra, es decir, llena de gracia) particularmente en este ámbito tan pero tan tan tan intelectual que paso meses sin animarme a escribir. Como habrá visto, frecuentemente adhiero al spanglish, poniendo los signos de admiración o pregunta solamente al final de la frase, aún sabiendo que semejante error provocará algún escozor en los cultos lectores del Hipnal. Encuentro su modo de escribir sumamente refrescante y apoyo toda transgresión inocente con entusiasmo. Espero haber aclarado este punto y le agrego solamente que la gente que más quiero es la que me hace reir.
Reciba un abrazo cordial y sepa que me da mucho trabajo imitarlo, pero me encantaría, pues sé que estaría feliz si yo sería como usted. Salud!