lunes, 15 de noviembre de 2010

A propósito de George Steiner

                                                    Acuarela sobre papel 20 x 28 cms. 2010


El conjunto del ideario de Geoge Steiner (París 1929), está expuesto en su ensayo "Gramáticas de la creación"(Ediciones Siruela) obra altamente recomendable que explora la idea de la creación en el pensamiento, la literatura, la religión y la historia occidentales. Mi descubrimiento personal y tardío de este autor me ha dado ocasión de reflexionar acerca de asuntos como la creación, la invención y la conflictiva elección en los sistemas de representación de la realidad en el arte y la literatura.
La cita , siempre aleatoria y subjetiva, de los aspectos que han suscitado mi interés en la obra a la que me refiero, pretende animar a la lectura completa de este lúcido trabajo que termina con una sugerente y abierta reflexión:

"Hemos sido durante mucho tiempo, y creo que lo somos aún, huéspedes de la creación. Debemos a nuestro anfitrión la cortesía de la pregunta."

De manera que, en efecto, los comienzos son interminables.
Esta es mi primera selección de algunos de los asuntos de este interesante libro con la que intento promover lo más parecido a un debate.

"(...) Se puede afirmar que el arte no objetivo y minimalista es el que más nos aproxima al tejido de la creación. El arte abstracto, especialmente cuando incorpora o cuando se relaciona inmediatamente con el vacío en acción o los absolutos de la luz y la oscuridad, comunica, en tanto una comunicación sea posible, una intencionalidad en libertad. Realiza lo que Aristóteles denominó entelequia: el puro desplegarse de la forma potencial. Mantiene un contacto seminal con las fuerzas generativas, siendo éstas "sin forma y vacías", de las que surge el arte, y a partir de las cuales pre-figura los modos ilimitados del ser y la adquisición de su forma. El arte no figurativo y minimalista es siempre una pre-figuración. Implica y anuncia el advenimiento de posibilidades ilimitadas de representación; posibilidades, sugerencias de substancia nominal y bjetividad mimética donde los vacíos(blancs) en el centro de un Mondrian o el "polvo galáctico" uniéndose hasta compactarse en el Negro sobre negro de Reinhardt (1) construyen, por decirlo así, un "refugio". De la misma manera, los silencios "compuestos", programados, en la música desde Webern hasta John Cage y Morton Feldman-las "melodías no oídas de Keats"- invocan el no-ser o el pre-ser, esto es , el silencio primordial del que emana toda música y donde se disuelve.
Por ello, el arte abstacto y minimalista recupera lo que es previo a las opciones particulares y seguramente efímeras que conforman nuestro universo particular. Infieren la infinitud de lo posible, de lo alternativo-una infinitud que comprende de manera crucial la posibilidad completa de un no-ser- respecto al cual nuestro mundo es tan sólo una antología. La representación es necesariamente testimonio del mosaico de lo real, un mosaico formal y existencialmente reductor y empobrecido, a pesar de las impresiones diarias que recibimos de su prodigalidad. La representación es el inventario de las elecciones asumidas, mientras que la abstracción cuenta el abismo de total libertad que precedió y contuvo esas elecciones.(...)"

No son menos lúcidas y provocadoras ( en el sentido de estimular la reflexión) las ideas de Steiner acerca de la literatura y las matemáticas que amenazo con seguir transcribiendo en este lugar.

(1) Friedrich Adolph Dietrich Reinhardt (Buffalo 1913-New York 1967).Expresionista abstracto norteamericano.
En la década de 1950, Reinhardt comenzó limitar su paleta a un solo color, pasando del rojo al azul y luego a su etapa final de las pinturas de color negro. En 1966, el Museo Judío, Nueva York, organizó una exposición de pinturas de Reinhardt, que estuvo acompañada por un catálogo, con textos de Lucy Lippard y el artista, en el que se manifiesta el alcance de su influencia como pintor y como escritor. En 1970, la Galería Marlborough de New York exhibe las pinturas Negro ejecutados entre 1951 y 1967. (N. del E.)

13 comentarios:

Una seguidora dijo...

Me da rabia que no aparezca nadie comentando algo sobre esta entrada, pero es que es más que nada para leerla, creo yo, a no ser que se sepa sobre el tal Steiner y apetezca comentar sobre él. Usted mismo reconoce que lo conoce hace poco. Pero de todas maneras sí me gustaría comentar algo sobre el expresionismo norteamericano (un poco presente en sus últimas ilustraciones en el Hipnal), que me parece a mí como una apuesta yanki por un tipo de arte pretendidamente autóctono, de allí exclusivamente (si es que puede aparecer algo así, aisladamente, que creo que no), que quiere diferenciarse de Europa y del arte visual europeo. Yo creo que está sobrevalorado, no sólo el expresionismo abstracto norteamericano, sino el expresionismo en sí. El alemán y centro europeo, también. Una cosa es Munch, Ensor, Dix, etc. y otra esa cantidad de pintura agresiva y desbocada del figurativismo y de la abstracción expresionista, que son insultantemente feístas. Usted mismo, Enrius, que parece muy versátil en sus pinturas, es sutil y poético a veces, y otras, cuando escoge el método expresionista es agresivo y melodramático. Siempre tiene un punto de humor en su trabajo, lo cual es síntoma de inteligencia, pero cuando el procedimiento es expresionista pierde hasta el sentido del humor.
Eso mismo le sucece a O., me parece a mí, en sus escritos agresivos y abandonados, como desidiosos y feos.
Bueno, pues ya ha habido alguien que escribe en esta entrada.
Mi marido dice que me van a dar para el pelo ustedes, Enrius y O., pero hay que mojarse para atravesar el mar. Y yo quiero atravesarlo, es decir aprender del otro lado del océano de sus conocimientos.

Compañera de La Seguidora dijo...

Pues a mí me parece que una cosa es que no vayamos a firmar como Taller de Chari y otra muy distinta hacerlo como seguidoras o cursilerías de ese tipo. Y si no hay nada que comentar sobre la entrada pues no se comenta nada.
No sé quién es la que firma así, pero me lo imagino por lo del marido, que tiene bemoles la cosa.
En fin, hija, que no tienes remedio. ¿Qué se te ha perdido a ti en el expresionismo, si tienes Lladrós encima del televisor?
Hay un libro de Steiner en el New Yorker, editado por Siruela que es una maravilla. Sus ensayos sobre la poética de la lectura han influido internacionalmente a los intelectuales y desde sus puntos de vista ha cambiado los límites de los horizontes críticos sobre el arte y la literatura.
A ti, mujer, te gusta más el impresionismo porque crees que las cosas no tienen sustancia sino apariencia. Ni tampoco entiendes que del interior de las cosas surge su calor o frío y que influyen en su color y apariencia. El expresionismo vino a decir esto.
Pedazo de boba machista.
Firmaré "Compañera de la Seguidora", para que veas que te marco de cerca. tenemos muy poco tiempo para todo, pero si el que tenemos lo perdemos en proyectar nuestras tonterías yo sí que te daré para el pelo. Que no te enteras.

Enrius dijo...

Estimada seguidora:
El texto seleccionado del libro de George Steiner entiendo yo que por sí mismo podría suscitar algún comentario, pero una cosa es que yo lo crea y otra que así lo estime el eventual comentarista.Yo de momento recomiendo el libro pues me parece de gran interés.
No le de rabia que falten comentarios, ya está el suyo y ya saldrá algún otro por los Cerros de Úbeda.
El llamado expresionismo abstracto norteamericano, que usted describe como "una apuesta yanki por un tipo de arte pretendidamente autóctono" fue mucho más que eso. En primer lugar se trataba de un movimiento específicamente neoyorkino sin que se le pueda denominar yanki que así utilizado como usted lo hace, se me antoja muy reduccionista y no aplicable pues no faltó, en aquel heterogéneo grupo, algún "confederado".
Constituyó además una escuela en New York, con sus figuras clave y sus mutuas influencias,tanto en pintura como el literatura y poesía, y que se organizó entorno a poetas y pintores durante los años cincuenta y sesenta del pasado siglo. Me animo a recomendarle una lectura de los origenes, los componentes y las repercusiones mundiales de esta escuela que hizo posible,entre otras muchas cosas, el surgimiento del informalismo en nuestro país, concretamente de la mano de el grupo El Paso. No es este el lugar para un recorrido histórico pero , créame,las interacciones entre escritores y pintores en el N.Y. de aquellos años,constituyen un asunto de mucho interés más de medio siglo más tarde.
El expresionismo, tanto el neoyorkino de aquellos años, como el alemán, austríaco, o centroeuropeo de las décadas anteriores, no está sobrevalorado, está en la Historia, publicado y vuelto a publicar en catálogos y libros de toda clase y condición formato y precio, desde los
manuales de texto para estudiantes de secundaria hasta las más cuidadas monografías de "Skira".
Otra cosa es que usted lo considere pintura agresiva y desbocada, consideración que sería muy del gusto de cuantos artistas hicieron de esta forma de expresión su forma de vida.
Acuérdese que el nazismo lo consideró "arte degenerado" consideración que si en su momento costó el exilio y la destrucción de muchas obras de arte, con el tiempo vino a ser una seña de identidad y un valor añadido.Cualquier expresionista castizo estaría bastante satisfecho sabiendo que era considerado "insultantemente feísta".
Personalmente soy y parezco
versátil,demasiado versátil;le agradezco que lo haga notar pues, tal y como usted lo expresa, parece un elogio, sin embargo yo mismo lo veo como un serio inconveniente que habitualmente me dispersa. Pero es lo que hay.
Fíjese que yo no creo, sin embargo, perder el humor cuando prescindo de la figuración, lo que hago(creo) es prescindir de "impresiones" e intentar plasmar "ideas" y "emociones".Deseo expresarme y rara vez lo hago prescindiendo del humor.Pero bueno, estas son palabras que manifiestan intenciones y lo que cuenta es el resultado y ése está en las imagenes sobre lienzo, tabla o papel.
Dígale a su marido que para el pelo seguro que tiene usted el champú adecuado.

Enrius dijo...

Habrá usted notado, estimada Compañera de La Seguidora,la exisita finura y contención verbal con la que he abordado la contestación a dicha compañera.
Su intervención se ha producido antes de que yo pudiera terminar la mía (como sucede a veces)y le diera a la tecla "publicar comentario". Tal eventualidad me ha permitido saber de antemano que podía evitarme cualquier producto para el pelo de su compañera. De esa forma se lo ha proporcionado usted, que tiene más confianza...
Muchas gracias.

Oídos y Orejas dijo...

Sin querer aparecer aquí como un consumado polemista, no tengo más remedio que apoyar en cierto modo lo que de forma tan ingenua creo yo ha querido decir Una seguidora (suena a "una servidora"), que probablemente haya oído campanas aunque no sepa muy bien dónde las ha oído.
Es cierto que los artistas Pollock, Guston, De Kooning, Rothko, Gorky, Gottlieb y Kline, como los más destacados que se me ocurren ahora, llevaron la modernidad a los EE.UU, que ya estaban un poco hartos de que todo lo referente al arte plástico tuviera su aleph en Europa. Los norteamericanos habían logrado darle la puntilla al eje fascista en Europa (con un desgaste mínimo), y Truman y su gobierno propagandista de los éxitos de la joven y pujante nación sabían que el momento era idóneo para el trasvase de poderes y valores artísticos, Europa estaba exhausta. Fue una operación de cambio de valores de prestigio que apenas tuvo resistencia entre los críticos, galeristas y artistas europeos. A mí, personalmente, me interesan más "Peace II", de Grosz, o la fotografía de Lee Miller, "Ciclistas en tándem haciendo funcionar unos secadores de pelo en el Salon Gervais", por ejemplo, que toda la producción artística norteamericana de aquellos años 40. Pero la felicidad de los norteamericanos, tan lejos de la Europa del hambre, la destrucción, el horror y las enfermedades mentales, supuso un faro mundial por el que se guiaron desde entonces todos los criterios (muy capitalistas y liberales, por cierto), y entre ellos los artísticos.
Pero, a pesar de esa asunción expresionista norteamericana, ésta se vio enseguida superada por el verdadero espíritu de fondo norteamericano (yanki, que dice la señora) por el arte pop que este sí que encarna el fondo capitalista, invasor y especulador que está en el ADN de Norteamérica. En el fondo se podría decir que hubo una fiebre regeneradora artística que, pasando por los expresionistas citados más arriba, fue de las trincheras y cadáveres de Beckman a los botes de sopa de Warhol y las pulcras estupideces de Linchenstein.
Por cierto que la opinión de Steiner a cerca de esto no es tan lejana a lo que he escrito aquí.

Enrius dijo...

Aparezca usted , estimado Oídos y Orejas, como consumado polemista, no se corte, sobre todo porque, afortunadamente para esta habitación, usted lo es, quiera o no quiera serlo.
Coincido en sus afirmaciones acerca de cómo los informalistas neoyorquinos llevaron la modernidad a los EEUU en aquellos años tras la II Guerra Mundial que tan destrozada dejó a Europa.De paso ,y seguramente sin pretenderlo, hicieron llegar la modernidad (EL Paso),al menos en las artes plásticas o visuales,a este país nuestro que estaba sumido, aparte de en una dictadura, en la estrecha visión de algunas escuelas locales cuyos nombres y representantes dejaré para mejor ocasión. Pero aunque este no sea el asunto del que pensaba yo escribir y leer lo que quisieran aportar distinguidos comentaristas como usted,no puedo sino disentir acerca de su afirmación de que los norteamericanos habían dado la puntilla al Eje, con un coste mínimo.
Si le parece a usted que los estimados 300.000 muertos en el ejército de los EEUU constituyen un coste mínimo para salvar a Europa del horror nazi, creo que no es usted justo con los "yanquis" por muy imperialistas que le parezcan. Las cosas como son.
Ni siquiera frente a un total estimado de unos 60 millones de muertos en tan espantosa contienda las pérdidas de vidas de los norteamericanos pueden considerarse un coste mínimo.
Sin ánimo de polemizar.
Y visto lo visto, otro día hablaremos de los poperos, de los cartelistas y carteristas norteamericanos. Y del Gobierno (sic).
Vale.

Oídos y Orejas dijo...

Dije yo "desgaste mínimo", y no "coste", que no es lo mismo; porque a las insustituibles vidas humanas habría que añadir el horror de las que quedaron vivas pero heridas de muerte en paisajes destrozados, economías maltrechas, reconstrucciones tan pendientes como imposibles, etc., siendo que al final los únicos vencedores resultaron ser los norteamericanos como así lo indica su despegue económico: renta per cápita, volumen de negocio, cobro de intereses, también etc., lo que, unido al gallear de su "milagro económico", me resulta a mí y a mis cuentas "desgaste mínimo". En dos días, uno en Hiroshima y otro en Nagasaki, en un segundo, en dos golpes tan cobardes como certeros crearon ellos más horror, muerte y destrucción repentinos que todas las guerras juntas pudieron desatar en tan corto espacio de tiempo, y cuyos efectos colaterales se dilatan en el tiempo hasta hoy mismo (la ciudadanía norteamericana, como sucede hoy con la israelí: punto en boca). Menos mal, decía Truman, que la bomba atómica la teníamos nosotros, los buenos.
Todo esto me bulle a mí en la cabeza cuando observo la obra plástica de los expresionistas norteamericanos, o escucho los arreglos de Leonard Bernstein, veo los rascacielos de Nueva York, o me imagino paseando por las galerías de arte de Chicago, por poner algunos ejemplos, y no por bolchevique, acendrado marxista, europeo envidioso o sentimental trasnochado. La historia del arte no transcurre por otro camino que por el mismo que lo hace la propia historia de todas las cosas.
Con la caída de las Twin Towers veía yo en directro y por la televisión el fin del arte conceptual, corroyéndome naturalmente el dolor ajeno de toda aquella gente atrapada en el desastre, y no podía evitar tampoco la sospecha de la mentira, la conjura, el plan oscuro, las alianzas criminales, igual que si estoy ahora mucho rato frente a la obra de aquellos expresionistas americanos, tan hollywoodianos, tan propagandistas (probablemente malgré lui, en muchos casos) del irresistible american way of life, en su versión dark underground.

MF dijo...

No sé por qué tiene usted que unir cosas que no tienen que ver. Claro que la historia sucede con todo dentro, pero cada uno de nosotros somos únicos y vivimos la historia como algo único. Parece usted un amargado incapaz de disfrutar de las cosas sin analizarlas en su regodeo masoquista. No sé si en su escrito dice que es marxista o que no lo es, pero a mí me recuerda a los intransigentes comunistas que llevaron el horror y la destrucción de su propio país y de todos los que subyugaron. Es muy fácil criticar a los EE.UU., pero resulta que si no llega a ser por ellos iguale estábamos todos sumidos en el horror de Hitler o en el de Stalin. ¿Cómo puede identificar el asesinato masivo de los islamistas contra las Torres Gemelas con algún tipo de arte?
Dice Enrius que es usted un polemista acendrado, lo que es usted es un provocador retorcido que sabe darle la vuelta a las cosas para llevarlas a su ascua.
Ya no firmaré como lo hice al principio, ahora seré MF, que son las siglas de mi nombre, y no sólo por darle gusto a mis amigas, sino porque creo que llevan razón.

MF

Enrius dijo...

La expresión "desgaste mínimo", pese a las diferencias que usted vea con "coste mínimo", que no queda claro cuáles sean,es igualmente poco afortunada referida
a lo que supuso para EEUU su intervención en la Segunda Guerra Mundial.Sigue siendo igual de injusta su apreciación.
Le repito la frase de mi anterior comentario y comprobará(si quiere, si no quiere ya sabe usted que no hay nada que hacer) que cambiando la palabra no cambia el sentido.

"Si le parece a usted que los estimados 300.000 muertos en el ejército de los EEUU constituyen un "desgaste" mínimo para salvar a Europa del horror nazi, creo que no es usted justo con los "yanquis" por muy imperialistas que le parezcan. Las cosas como son".
No añada usted nada a las vidas humanas porque , en efecto, son insustituibles y valen lo mismo las de los soldados yanquis, las de los franceses, británicos, rusos, polacos, judíos, gitanos, japoneses y alemanes.

¿Le bullen a usted en la cabeza los horrores del franquismo cuando contempla la obra de Saura, Millares, Rivera, Chirino, Canogar, Feito,Viola, de aquellos años cincuenta españoles, seguidores confesados del cambio propiciado por los expresionistas abstractos neoyorquinos?
Me imagino que no, me imagino que hubiera usted firmado, de haber tenido oportunidad y edad para hacerlo, el manifiesto de El Paso que "propugnaba un arte recio y profundo, grave y significativo", que luchaban "por un arte hacia la salvación de la individualidad, dentro del signo de nuestra época"
De manera que esos artistas, al igual que los neoyorquinos,mantenían como idea fundamental la del compromiso con la realidad social para transformarla.
La comprensión posterior (años 60 y 70) del fracaso de las vanguardias históricas al evidenciarse la radical separación entre el arte y la vida y que el arte no es un posible vehículo de compromiso social, no resta un ápice de interés y valor a la propuesta informalista de neoyorkinos y madrileños(de nación o de adopción,es igual, nunca fuimos nacionalistas aquí).
Para comprender que esto es cierto basta comprobar lo que hacen algunos artistas jóvenes en el siglo 21 y en Madrid, por no divagar por otras latitudes.Al igual que los de El Paso "luchan por superar la aguda crisis por la que atraviesa España en el campo de las artes visuales"
puesto que "han comprendido la necesidad moral de realizar una acción dentro de su país"
Los entrecomillados remiten a la textuales declaraciones del manifiesto del El Paso, Madrid 1957.
Y además sospecho, y esto es sólo una conjetura a la que me autoriza el conocimiento de algunas de sus propuestas "artísticas", que han dejado de creer que el arte no sea un vehículo de compromiso social.

No puedo sino lamentar por usted y por su salud mental que contemple la obra de los expresionistas e informalistas neoyorkinos, escuche usted a Leonard Bernstein y mire los rascacielos de Manhattan
con toda esa sopa bulléndole en la cabeza.
No se debe usted infligir ese castigo corporal, quizá no lo merezca.
Vale

Oídos y Orejas dijo...

Ya veo que usted no quiere distinguir entre el arte que surge como reacción a los tiempos, como su consecuencia, y el arte que se ofrece como alternativa vanguardista, el arte que compite contra el arte con la novedad y la originalidad. Fluxus y el expresionismo norteamericano no obedecen a los mismos objetivos, aunque coincidan en el tiempo. Por ejemplo.
Me impresiona Wagner, desde luego, pero no puedo por menos que imaginar a Luis II de Baviera o a Hitler cuando lo escucho.
Usted cree que los EE.UU nos libraron de Hitler, yo no. Pero ni su opinión ni la mía tienen nada de original.

Higinio Polo dijo...

Las nuevas formas artísticas del expresionismo abstracto fueron eficazmente promovidas por los potentes medios propagandísticos de los Estados Unidos, y presentadas como sinónimo de libertad creativa, y, aún más, como expresión de la libertad en su más amplia acepción: eran el enunciado democrático de una sociedad joven, desinhibida, optimista, que, además, había salvado al mundo del nazismo y que, en ese momento, se enfrentaba a una nueva amenaza: el comunismo que había arraigado con fuerza en los principales países europeos. Todo era una gigantesca mentira, porque ese poder estadounidense había desatado el horror de Hiroshima y Nagasaki, y había asesinado a millones de personas en operaciones militares que, con arreglo al derecho internacional, eran crímenes de guerra. Pero ahí estaba el Departamento de Estado norteamericano organizando exposiciones artísticas; la Oficina de Información Internacional, USIE, y la Voice of America difundiendo el arte y la forma de vida americana, mientras la Federación Americana de las Artes enviaba exposiciones por Francia, Italia, Turquía y otros países y el MoMA se convertía en el nuevo oráculo de la modernidad al tiempo que los músicos de jazz paseaban por Europa la música más viva del siglo y eran utilizados, muchas veces a su pesar, en la propaganda.

El Viejo Topo

Enrius dijo...

Menos mal que esta entrada tenía como título : "A propósito de George Steiner".
No sé que comentarios hubiera suscitado si se titulara: "A propósito de la II Guerra Mundial y el expresionismo abstracto neoyorkino".
A mi me gustaba, (no sé porqué, aunque sé algunas otras cosas)ver si era posible comentar acerca de las reflexiones de Steiner en torno a la creación y cuyo último párrafo transcribía yo con mi mejor intención :
"(...)mientras que la abstracción cuenta el abismo de total libertad que precedió y contuvo esas elecciones.(...)"

Bien es verdad que siempre he escrito que aquí cada uno puede hacerlo como mejor le parezca. Y lo repito.

Enrius dijo...

No entiendo porqué dice usted, estimado Oídos y Orejas, que no quiero distinguir entre esa manifestaciones del arte de las que nos estamos empeñando en escribir.
Yo distingo razonablemente bien.

El expresionimo abstracto neoyorkino, cuyo éxito comercial indiscutible y cuya capacidad de marketing mundial no invalidan sus propuestas informalistas del momento, nace como reacción peculiar a la II Guerra Mundial.
Es imposible separar en su contenido, las propuestas de artistas plásticos, poetas y escritores.No me diga que Allen Ginsberg le parece demasiado yanqui..
El arte americano de esta época es la consecuencia de una olla a presión a punto de explotar en Nueva York, explosión que se produce al fin, liberando una enorme cantidad de energía que los expresionistas abstractos transforman en gesto, los Pop en sofisticación "ultra-fría" y el Happening en frenética actividad representativa escenificada en cuevas bastante sombrías.
Viejas lecturas de Arts News,ya sabe usted, de cuando yo era más joven y me creía más cosas de las que me creo ahora.

El movimiento Fluxus nace en el 62 como reacción al inicio de la Guerra de Vietnam y se propone desacralizar el objeto (cosa que estaba haciendo ya Duchamp) y hacer arte con la propia vida.
Fluxus (fluír,correr un líquido, en traducción del lituano Maciunas),arte efímero que no tiene el menor interés comercial, pero, lamentablemente, el tiempo transcurrido desde esos inicios en colaboración con algunas galerías y no pocos museos han traicionado clamorosamente tan austera intención.
Al igual que en la época inmediatamente anterior en la que surge el expresionismo abstacto neoyorkino, Fluxus auna todas las expresiones: artes plásticas, música y creación literaria, preferentemente de viva voz y a la intemperie, entre bosques y praderas,(Beuys, Vostell), de manera que se produzca la deseada participación de la gente en esta flujo creativo.
Todo ser humano es un artista, expresaba el monje teósofo Beuys.

Naturalmente que se declaraban en contra del arte institucionalizado pero éste no era sólo el expresionismo neoyorkino.
Expresionistas Abstractos y Fluxus coinciden en su voluntad de ruptura ,unos tras una guerra, otros tras la siguiente.
Unos con éxito comercial asumido, otros sin voluntad de conseguirlo pero sin capacidad para evitar su posterior recuperación por el sistema que, como usted sabe, es insaciable.
Mañana más.