martes, 26 de octubre de 2010

Manhattan Transfer




Tres gaviotas giran sobre las cajas rotas, las cáscaras de naranja, los repollos podridos que flotan entre los tablones astillados de la valla. Las olas verdes espumajean bajo la redonda proa del ferry que, arrastrado por la marea, hiende el agua , resbala, lentamente atraca al embarcadero. Manubrios que dan vueltas con un tintineo de cadenas, puertas que se levantan, pies que saltan a tierra. Hombres y mujeres entran a empellones en el maloliente túnel de madera, apretujándose y estrujándose como las manzanas al caer del saetín de la prensa. ".

John Dos Passos, Manhattan Transfer.

Estas escenas cotidianas siguen produciéndose en Battery casi un siglo despues de que Dos Passos pintara este fresco literario sobre la ciudad de los rascacielos. Y otras inverosímiles como la restauración del antiguo y gigantesco puente de Staten Island que unía Battery Park City con Staten Island. Cosas más increíbles hemos tenido que ver .

¿Se trataba un montaje cinematográfico aquella escena en la que un avión de pasajeros se estrellaba contra Las Torres Gemelas, en la mañana del 11 de Septiembre de 2001?

Eran imágenes digitalizadas o una catástrofe monumental? ¿Como habría descrito Dos Passos esa hecatombe inimaginable?
Yo me he limitado a reconstruir el viejo puente. Todo es posible en Manhattan, lo mejor y lo peor.

martes, 12 de octubre de 2010

Doce de Octubre, New York, Paul Morand, desfiles.

New York. Midtown. Acrilico sobre tabla,33 x 106 cms, 1997



Este día de hoy, Fiesta Nacional del 12 de Octubre, no hace mucho se llamaba el Día de la Raza. Escuchábamos esta absurda denominación con toda naturalidad dado que no habíamos comprendido todavía que, referido a hombres y mujeres, no hay más raza que la humana. A mí, perdonen ustedes la confidencia, en el día de hoy me ha sobrevenido una especie de melancolía difusa o aflicción urbana lo cual me sucede siempre que pienso en la ciudad de New York, donde también se celebra esta festividad con desfiles a los que los neoyorkinos son sumamente aficionados. Pero allí se acuerdan sobre todo de Cristóbal Colón y creo que siguen discutiendo acerca de su origen y nacionalidad aunque no de su raza. Yo, como digo, me acuerdo siempre de New York en este día, pero no sé porqué.
Total, que sumergido en este vago sentimiento de tristeza, he vuelto a revolver en mis estanterías y he recuperado un clásico relativo a esta ciudad : "New York",escrito por el diplomático y trotamundos francés Paul Morand , publicado por Espasa Calpe en la Colección Austral en 1957 cuyas páginas amarillean mientras me imagino que destilan el inconfundible aroma de la pizza de pepperoni. De esta manera he alimentado la melancolía que, en otoño, me lleva a pasear por la parte baja de Manhattan y por Broadway en su confluencia con Amsterdam Avenue, Verdi Square.

"Nueva York no es joven; es más vieja que San Petersburgo. Su aventura será la nuestra. Defendernos contra las novedades de Broadway es rechazar ese orden establecido de antemano que se llama el porvenir.
"En suma - me decía Cocteau- , vas a Nueva York a que te lean el porvenir en la mano". Exactamente.(...)
Hay algunos que afirman que Nueva York no tiene nada de original. Mientras consigue tenerlo, hay una arquitectura, unas maneras, un concepto de la vida puramente neoyorquinos, que trastornan al mundo(...)
es la primera ciudad judía del mundo, la segunda ciudad italiana,la tercera alemana. La única capital de Irlanda. Sinclair Lewis describe a Nueva York :"muy poseída de su papel, jugando a la ciudad internacional, con sus judíos rusos vestidos en Londres y que frecuentan restaurantes italianos servidos por mozos griegos al son de una música africana; cien por cien de sucios mestizos". Nueva York no es América; pero es seguro, evidente, que toda América querría ser Nueva York (excepto algunos delicados de Boston, algunos artistas que aman su rancho de Arizona y algunas estrellas de Los Ángeles que prefieren dorarse la piel al sol de Pacífico). La gran ciudad es el único refugio contra la intolerancia y la inquisición puritanas. Manhattan es el microcosmos de los Estados Unidos"

Recuerden que esto lo escribía Paul Morand en la segunada mitad del siglo pasado.
Casi al mismo tiempo llegaron Allen Ginsberg, Jackson Pollock, Franz Kline y todo el expresionismo abstracto, los gritos y aullidos de los beatniks y un poco después Woody Allen. Los de la "Generación Perdida" de Gertrude Stein, iban poco a poco muriéndose sin que nadie, luego, fuera capaz de volver a escribir algo como Manhattan Transfer.
N.Y. is a state of mind. De esto nada sabía al parecer, el bueno de Morand pero sus descripciones y su retrato de la ciudad mantienen gran actualidad más de medio siglo después.
Va a ser por todo eso por lo que me viene a mí esta dichosa melancolía el doce de Octubre,y de esta manera es como me he puesto otra vez a pintar los recuerdos de la ciudad.
Pero de momento les muestro los antiguos.


N.Y. Upper West Side, óleo sobre tabla,51 x 82 cms. 1997




N.Y. Calles 25 x 25 cms, acrílico sobre tabla. 1995.




La entrada del metro de la 72, Verdi Square, 25 x 25 cms,acrílica sobre tabla, 1995.




 Amanecer sobre midtown. Acuarela sobre papel,50 x 70 cms. 1998





N.Y. Brooklyn Bridge desde Old Fulton, acrílico sobre tabla 42 x 35 cm. 1995





 Fiesta en roof terrace. 155W.68 street .Acuarela sobre papel, 50 x 70 cms, 1995


Continuará...