lunes, 14 de junio de 2010

¿Un conflicto sin solución ?



Imagen digital 30 x 40 cm

Recibo hoy en mi correo y enviada por nuestro corresponsal Vecinopardi una breve e inteligente carta cuyo autor es el abajo firmante que me autoriza su publicación en este lugar.
Estando en total acuerdo con los términos y opiniones vertidas en el texto tengo sumo gusto en publicarla al tiempo que lamentaría que dicha publicación no se llevara a cabo en el lugar destinado por el autor que no es otro que el espacio de cartas al director del periódico El País.
Lo lamentaría pero no me extrañaría nada.

Autorretrato moral de un intelectual

No sé qué me ha resultado más molesto del artículo de B-H Lévy publicado en
su edición del lunes 8 de junio, sobre el ataque israelí a la Flotilla de la
Libertad (“Israel-Gaza: alto a la desinformación”), si la saturación de
negaciones de una realidad incuestionable sobre la represión de los derechos
básicos de la población de Gaza por parte del estado israelí, documentada
hasta el hartazgo por testimonios de numerosos organismos internacionales; o
bien el tono arrogante del artículo, sin rehuir la ofensa. Desde “tontos
útiles” a “provocadores”, son los calificativos que le merecen los
pacifistas que se jugaron, literalmente, la vida por solidaridad, mientras
que el gobierno que los asaltó, tiroteó y secuestró es, como mucho,
“estúpido”. Nada de ello sorprende en un autor que ha decidido convertirse
en el visceral redentor, contra viento y marea, de agresores, ya sean
sexuales (Polanski) o militares, como en este caso, convertidos por su
locuaz pluma en víctimas. Resulta quizás algo más incomprensible su acogida
en las páginas de la prensa, teniendo en cuenta que para difundir propaganda
pro-israelí, se basta y se sobra el propio gobierno de dicho país y sus
aliados, con sus abundantes medios diplomáticos y mediáticos.

La realidad tozuda es que el sojuzgamiento de Gaza por Israel es un hecho
endémico: Para quien lo ignore, conviene recordar que las primeras matanzas
de civiles inocentes (en Raffah y Khan Younis), junto a la destrucción
aleatoria de sus propiedades, datan nada menos que de 1956, mucho antes, por
cierto, de la creación de Hamas.

Llevado por un aparente delirio de vanidad, el Sr. Lévy llega a reclamar la
patente de la solidaridad humanitaria, impartiendo desde su tendenciosa
atalaya el certificado de calidad democrática o solidaria de cada empeño.
Una actitud escasamente intelectual, la de la posesión absoluta de la
verdad, impermeable a los hechos y a la duda, la que exhibe este autor. De
muchas cosas habla en su artículo, pero no busquen ninguna referencia a las
víctimas mortales y heridos del siniestro episodio de piratería de Estado, a
ellos no dedica ni una palabra, no ya de simpatía, ni siquiera de
condolencia, son inexistentes. B-H Lévy nos ofrece así su propio retrato
moral.

Luis Suárez-Carreño

2 comentarios:

Gaston Segura dijo...

"No sé que ha escrito Monsieur Bernard Henri (Henry) Lévi acerca del cruento abordaje a esa flota de víveres y medicinas con destino a ese reducto inhumano que hoy es la llamada Franja de Gaza, pero mi opinión es bien sencilla: lamentar con rabia lo irreparable, los muertos, siempre trágicos y en este caso, absolutamente, gratuitos. En segundo lugar, lamentar profundamente que todo este horrible suceso, políticamente hablando, sólo ha perjudicado a Israel, dado que estas acciones desmedidas y de todo punto crueles merman su legitimidad, enconan a sus oponentes y agotan, cuando no, enmudecen de estupor, a sus defensores. Y, por supuesto, entristecerme por ver cómo se aleja, día tras día, cualquier solución medianamente razonable para aquellas tierras tan significativas para la Historia de Occidente y para nuestra —o al menos para la mía— memoria sentimental y, por su puesto, para la vida pacífica de sus habitantes, sean judíos o sean musulmanes o sean cristianos o, simplemente, agnósticos, pero al fin y al cabo, todos personas, merecedoras como tales de aspirar a un provenir decoroso, sosegado y hasta aburrido."

Gastón Segura, correspondiente de habitación en Recoletos

O. dijo...

Seguramente, querido Gastón, sin darte cuenta te olvidas de lamentar en primer lugar la muerte terrible de los asesinados por el comando israelí, de los heridos y de los aterrados.
Seguramente, también, ante tanta duda sería bueno que volvieras a contemplar el principio de la cosa y reflexionaras sobre esto que, más que en conflicto, se ha convertido en un rompecabezas para tanta gente que, como tú hoy, se olvida de cómo todo es irremediablemente relativo, es decir, que todo tiene relación y un sistema para relacionarse, como en los puzzles.
Nada más urgente para el sionismo internacional -y para el complejo de culpa occidental que le soporta todo- que desrelativizar, desrelacionar el nudo de la cosa con el argumento. Volvamos al argumento.
El mapa no es el territorio.
Como siempre, ya han vuelto a programarse en las televisiones de todo el mundo películas que nos recuerdan el holocausto judío; películas en las que los indios salvajes persiguen a los inocentes anglocolonos, les arrancan la cabellera y luego se emborrachan con el agua de fuego que esconden los puritanos calvinistas en lo más oculto de la caravana.