viernes, 25 de junio de 2010

Coleccionismo confesable.Viejas fotografías de almoneda


RETRATOS DE FAMILIA
Mercadillo en Innsbruck


Una antigua manía coleccionista me llevó hace un tiempo a reunir viejas fotografías familiares encontradas en algunas almonedas del Rastro madrileño.
Cada domingo iba yo en busca de los testimonios gráficos de la vida cotidiana de esta ciudad y sus habitantes, en los oscuros años que coincidían con los de mi infancia y los retratos de ajados personajes de bigote recortado bajo redondas gafas de concha, los interiores oscuros con jaulas de pájaros moribundos, los prójimos de pelo engominado y las heroínas anónimas de moño con peineta y mantilla y las sobremesas con café copa y puro, me iban devolviendo el pálido color del tiempo perdido en las esquinas de ese Madrid de hace más de medio siglo.
Un coleccionismo en exceso romántico, del que no es obligatorio arrepentirse, que almacenó en mis estanterías los álbumes que cuentan la historia de desconocidas familias a lo largo de toda una vida.
Me pregunto porqué y cómo van a parar a las almonedas del Rastro o a las de cualquier otra ciudad, los recuerdos fotográficos y las historias de tanta gente sin nombre conocido, no acabo de comprender el desapego de quienes se deshicieron de esos pequeños tesoros de la memoria, permitiendo que coleccionistas de lo raro y añejo,como yo,los encuentren, sin saber con seguridad lo que buscan, para acabar conservando estas credenciales de su paso por el mundo.

Este vicio confesable acerca del que escribo en esta entrada, me ha llevado también a otros lugares, a otras ciudades en busca de estos pequeños y descoloridos objetos de deseo. Desde Innsbruck a Montevideo, desde Moscú hasta los zocos de Túnez, desde Nueva York hasta Le Marché aux Puces parisino, desde Plaza Dorrego en el San Telmo bonaerense hasta los mercadillos de Ljubljana pasando por Segovia.
Me interesan sobre todo las personas, las escenas de familia, no tanto las postales de las que existe un floreciente mercado internacional y unos avezados profesionales que almacenan en sus comercios millares de esas estampas cuidadosamente clasificadas.
La muy conocida Casa Postal en la calle Libertad de Madrid, al cuidado de Martín Carrasco, es un buen ejemplo.Eso sin contar los extensísimos archivos que, como casi cualquier cosa , puede uno encontrar en internet con solo pedírselo a Google. Mil veces me he servido de estos viejos tesoros encontrados, en mi trabajo como dibujante, transformando escenas y personajes en busca del misterio de una historia para contarla con tinta y pincel.
Me gustaría mostrar toda mi colección aquí, en esta habitación mitológica, pero ya comprendo que su número lo hace imposible y los ocasionales y pacientes lectores de este blog no lo soportarían. Ni Blogger tampoco (creo)
Pero algunas, bien seleccionadas, si que les voy a mostrar.
Como he escrito más arriba, son fotografías encontradas al azar, amontonadas en viejas cajas de cartón o en el santo suelo sobre un paño descolorido y seleccionadas según un criterio enteramente sentimental y momentáneo. No son especiales, ni "artísticas",sus personajes y escenas de grupo han devenido con el tiempo, anónimas y solamente muestran lo que yo buscaba, lo cotidiano, la gente corriente en situaciones corrientes.
La excepcionalidad de algunas de ellas y la fama universal de los personajes solo representa lo afortunado de un hallazgo casual.



ELLA
Almoneda en El Rastro. Madrid



EL
Almoneda en El Rastro. Madrid



EL Y ELLA
Almoneda en El Rastro. Madrid



LA BODA.1950
Almoneda de El Rastro. Madrid


MARY 1946. ¿"la otra"?
Almoneda de El Rastro.


"BELLOS MOMENTOS PARA EL RECUERDO. Esa pareja feliz"...
Mercadillo.Innsbruck


"MARCHÉ AUX PUCES". Paris



EL DANDY.Mercadillo en Broadway


NO ME OLVIDES, MANOLO
El Rastro. Madrid


LA TRIBUNA DE LENIN
Mercadillo en Kirilov,Rusia.De una colección de 15 fotos reeditada con ocasión de un aniversario del personaje.


LEYENDO "PRAVDA"


TRAS EL ASALTO AL PALACIO DE INVIERNO. San Petersburgo.


LOS DEL SINDICATO
Almoneda en El Rastro. Madrid


REVERENDÍSIMO
Mercadillo. Innsbruck


PRUEBA DOCUMENTAL.LOS ANTECEDENTES
Mercadillo en Innsbruck

CONTINUARÁ...

jueves, 24 de junio de 2010

La voz de la CEE *


No más imagenes de tortura. Cultivemos el deporte.
Acuarela sobre papel,40 x 30 cm.


La Conferencia Episcopal Española y su secretario general y portavoz, Juan Antonio Martínez Camino mantienen desde hace ya mucho tiempo una arrogante pero desigual batalla contra la realidad sin saber exactamente en qué país viven y haciendo del Estado el enemigo a batir mientras cometen el habitual error de confundir a éste con el Gobierno.

He aquí sus últimas declaraciones:

1. La Conferencia Episcopal Española (CEE), ha considerado "grave" que una sentencia prohíba la exhibición de símbolos religiosos, y está en contra de que se prohíba el uso del crucifijo en las escuelas públicas por ley, ha dicho su portavoz y secretario general, Juan Antonio Martínez Camino.


2. La Conferencia Episcopal Española critica la conducta "desordenada" de los homosexuales.

3. Martínez Camino, en la rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisión Permanente de la CEE, ha añadido que el crucifijo no impone ninguna religión, que "no implica ninguna confesión de fe" y que el Estado, aconfesional, debe tutelar la libertad religiosa. "Eliminar símbolos es segar la hierba bajo los pies de nuestra propia cultura", ha dicho. "Prohibir el crucifijo es ir en contra del crucifico" ha dicho Martínez Camino.

4. Según el portavoz de la CEE, nuestras sociedades son cristianas y el Estado tiene que tener su neutralidad, pero eso "no quiere decir que esté legitimado para prohibir la exhibición de los símbolos cristianos en ningún sitio". El crucifijo, ha agregado, además de un símbolo cristiano "es un símbolo de la raíz de nuestra cultura".


Con respecto al primer apartado yo estoy seguro de que el señor Martínez Camino sabe lo que significa el espacio público (interior o exterior) y que en dicho espacio se reunen toda clase de seres humanos no necesariamente adscritos a ninguna confesión religiosa con lo que parece más que razonable no mostrar símbolos de una en concreto.

Al apartado segundo quiero añadir que ,acaso, lo desordenado de la conducta de los homosexuales sería la adopción, no debidamente justificada y repentina, de práticas heterosexuales. Así, por capricho, a ver qué pasa.
Tengo varios amigos homosexuales cuyo sentido del orden, en general, envidio sinceramente.

En el apartado tercero la cosa resulta asombrosa.
Si el crucifijo no implica ninguna confesión de fe (algo más que discutible) representa entonces la imagen de un individuo sometido a la tortura en la cruz, práctica habitual en la antigua Roma, cuyo sadismo conviene no seguir mostrando (en el espacio público).

Referente al apartado cuarto, conviene recordar que las raíces de nuestra cultura son múltiples y se extienden en nuestro territorio como las de los olivos o los abedules.
En las raíces de nuestra cultura están, por ejemplo,los bisontes de Altamira, La Dama de Elche, La Bicha de Balazote, el Arco de Trajano, el Hércules (Museo Arqueológico Nacional),los jardines del Generalife,la Mezquita de Córdoba y un larguísimo etc. que evito al paciente lector.
Todos ellos están en los museos, en los libros, al aire libre y público y en Google pero no necesariamente sobre la pizarra del aula.
Tanto los que, como yo, peinamos canas como el señor Martínez Camino pese a su juventud, seguro que recuerdan cómo el Estado Nacional Católico de aquellos olvidables años contaron con el beneplácito de la Iglesia Católica para mostrar en dichas aulas las efigies de Franco y Jose Antonio Primo de Rivera, generalmente acompañadas del torturado.
O sea que la jerarquía eclesiástica y su portavoz han perdido el oremus.
Total que para quitarle hierro y sangre al asunto, yo propongo la imagen que encabeza esta entrada, eso sí, en el espacio privado.


* CEE, siglas de la Conferencia Episcopal Española y no, como algunos malintencionados me han sugerido,Confederación Económica Episcopal.

lunes, 14 de junio de 2010

¿Un conflicto sin solución ?



Imagen digital 30 x 40 cm

Recibo hoy en mi correo y enviada por nuestro corresponsal Vecinopardi una breve e inteligente carta cuyo autor es el abajo firmante que me autoriza su publicación en este lugar.
Estando en total acuerdo con los términos y opiniones vertidas en el texto tengo sumo gusto en publicarla al tiempo que lamentaría que dicha publicación no se llevara a cabo en el lugar destinado por el autor que no es otro que el espacio de cartas al director del periódico El País.
Lo lamentaría pero no me extrañaría nada.

Autorretrato moral de un intelectual

No sé qué me ha resultado más molesto del artículo de B-H Lévy publicado en
su edición del lunes 8 de junio, sobre el ataque israelí a la Flotilla de la
Libertad (“Israel-Gaza: alto a la desinformación”), si la saturación de
negaciones de una realidad incuestionable sobre la represión de los derechos
básicos de la población de Gaza por parte del estado israelí, documentada
hasta el hartazgo por testimonios de numerosos organismos internacionales; o
bien el tono arrogante del artículo, sin rehuir la ofensa. Desde “tontos
útiles” a “provocadores”, son los calificativos que le merecen los
pacifistas que se jugaron, literalmente, la vida por solidaridad, mientras
que el gobierno que los asaltó, tiroteó y secuestró es, como mucho,
“estúpido”. Nada de ello sorprende en un autor que ha decidido convertirse
en el visceral redentor, contra viento y marea, de agresores, ya sean
sexuales (Polanski) o militares, como en este caso, convertidos por su
locuaz pluma en víctimas. Resulta quizás algo más incomprensible su acogida
en las páginas de la prensa, teniendo en cuenta que para difundir propaganda
pro-israelí, se basta y se sobra el propio gobierno de dicho país y sus
aliados, con sus abundantes medios diplomáticos y mediáticos.

La realidad tozuda es que el sojuzgamiento de Gaza por Israel es un hecho
endémico: Para quien lo ignore, conviene recordar que las primeras matanzas
de civiles inocentes (en Raffah y Khan Younis), junto a la destrucción
aleatoria de sus propiedades, datan nada menos que de 1956, mucho antes, por
cierto, de la creación de Hamas.

Llevado por un aparente delirio de vanidad, el Sr. Lévy llega a reclamar la
patente de la solidaridad humanitaria, impartiendo desde su tendenciosa
atalaya el certificado de calidad democrática o solidaria de cada empeño.
Una actitud escasamente intelectual, la de la posesión absoluta de la
verdad, impermeable a los hechos y a la duda, la que exhibe este autor. De
muchas cosas habla en su artículo, pero no busquen ninguna referencia a las
víctimas mortales y heridos del siniestro episodio de piratería de Estado, a
ellos no dedica ni una palabra, no ya de simpatía, ni siquiera de
condolencia, son inexistentes. B-H Lévy nos ofrece así su propio retrato
moral.

Luis Suárez-Carreño

sábado, 5 de junio de 2010

Las edades de la vida



Las edades de la vida. Caspar David Friedrich.Óleo sobre lienzo,73x 94 cm,1835,Leipzig


En una entrada del 29 de diciembre del pasado 2009 me preguntaba yo ¿Qué hacer? sobre una imagen del pensador de Rodin y unos meses después, como siempre que no busco, encuentro una de las posibles respuestas en un texto de Juan Benet.

Creo que la vida del hombre está marcada por tres edades: la primera es la edad del impulso, en la que todo lo que nos mueve y nos importa no necesita justificación, antes bien nos sentimos atraídos hacia todo aquello-una mujer,una profesión, un lugar donde vivir-gracias a una intuición impulsiva que nunca compara; todo es tan obvio que vale por sí mismo y lo único que cuenta es la capacidad para alcanzarlo.
En la segunda edad aquello que elegimos en la primera, normalmente se ha gastado, ya no vale por sí mismo y necesita una justificación que el hombre razonable concede gustoso, con ayuda de su corazón, claro está; es la madurez, es el momento en que, para salir airoso de las comparaciones y de las contradictorias posibilidades que le ofrece todo lo que contempla, el hombre lleva a cabo ese esfuerzo intelectual gracias al cual una trayectoria elegida por el instinto es justificada a posteriori por la reflexión. En la tercera edad no sólo se han gastado e invalidado los móviles que eligió en la primera sino también las razones con que apuntaló su conducta en la segunda. Es la enajenación, el repudio de todo lo que ha sido su vida para la cual ya no encuentra motivación ni disculpa. Para poder vivir tranquilo hay que negarse a entrar en esa tercera etapa; por muy forzado que parezca, debe hacer un esfuerzo con su voluntad para permanecer en la segunda;porque otra cosa es la deriva.

Juan Benet, Volverás a Región. 1974


Lo único que yo cambiaría en este lúcido texto es la expresión "el hombre" sustituyéndola por "el ser humano" obviando esa malformación que todos los del género masculino hemos sufrido al hacer del hombre el único sujeto de esas reflexiones olvidando a la otra mitad de la humanidad constituída por las mujeres.
Vicios difíciles de desterrar de nuestro lenguaje.
Por lo demás el texto lleva implícita la comprensión de que no es la razón el único camino del conocimiento sino que el instinto y la emoción son tan imprescindibles como la tal diosa. No en vano recordaba Vigotsky que el arte es una técnica social de emociones, a lo cual me permito añadir que es también una vía de conocimiento, distinta ( o no ) pero tan necesario como la ciencia.

PS Ese inefable cuadro de C.D.Friedrich siempre me hizo pensar en Conrad, en Nostromo y en El corazón de las tinieblas.