domingo, 4 de octubre de 2009

De vuelta


Ya que hubo despedida lo correcto es saludar a la llegada, pero la verdad es que todavía no sé si estoy acá o allá.
Saludos a todos con la moderada alegría de la vuelta y la inevitable melancolía del regreso. Todo resultó demasiado intenso y no les aburriré con más detalles aunque es probable que vayan aflorando en alguna que otra entrada y en más de un comentario (nada de posteos, por favor). Seguro que me creen cuando les digo lo difícil que me resultó elegir una imagen de entre los varios centenares que traigo.
De modo que decidí hacerles creer que estuve en Osaka, por ejemplo, tan fácil era imaginarlo en el Jardín Japonés de Buenos Aires (Avenida del Libertador , entre Casares y Sarmiento). De esta manera evitamos tópicos con imagenes de Caminito o Plaza Dorrego o Avenida 18 de Julio y Plaza Matriz.
Pero no voy a engañarlos, hay tanto que relatar sin aburrir y tanto que mostrar sin agobiar que pienso deleitarlos o martirizarlos (según el ánimo de cada cual) con próximas entradas acerca de estas dos repúblicas. Ambas ameritan (vean como vengo con este lenguaje que se me pega a los entresijos) mucho más de lo que yo pueda ofrecer.
Capaz que se alegran de mi vuelta. Si no, díganmelo o miéntanme, digan que me quieren.

4 comentarios:

O dijo...

He oído esta noche el estruendo de tu llegada (los miles de cachibaches que supongo te traes de las américas y que supongo se apilarán en los pasillos sine die, como suele ser tu afición, ¡qué afán!), las voces de Fuencisla alegrándose de tu vuelta y los pasos ciclópeos del tío Florencio corriendo a saludarte... pero yo no he podido ni siquiera rodar como una croqueta entre las sábanas e ir a tu encuentro, no sólo por lo mío con la desgana, sino por Eutropocataclac que me tomo religiosamente para descansar, verdaderamente descansar, durante la noche.
Verás (si te tomas la molestia de revisar los lugares que dejase plantados a tu partida) que las cosas han ido, a su manera, y que según Rosina e Irislís nadie es quien dice ser.
Tú sabrás, estoy seguro, retomar esto y apaciguar al rebaño.
Bien venido, hermano. Seguimos sin aguaplast.

Enrius dijo...

Lamento el estruendo de mi llegada querido O. pero, mira vos, que no fueron tantos cachivaches los que traje del Plata. Apenas unos recuerditos y las maletas repletas de ropa sucia y libros de precio asombrosamente barato.
Ché pibe , no tomés el Eutropo ese que se me figura que te hace mal.
Probá con valeriana, viejo...
Encontré un quilombo en el Hipnal con las provocaciones de Torlois (por favor, no me identifiquen con este hortera) y el comprensible enfado de Irislis.Creo haber expresado con toda la sinceridad posible que mi viejo alter ego es Enrius, suficientemente conocido después de casi medio siglo y ningún otro, de modo que no pienso insistir más.
En Montevideo intenté explicar a Rosina que vos no sós yo ni yo soy vos, pero fue inútil pese a pruebas incontestables que aportó Cristina Cavestany asegurando que se acordaba muy bien de vos, de aquella comida en el bar Defensa en San Telmo y te mandaba cariños.
La Flor Azul también te manda recuerdos afectuosos y es precisamente quien más insiste en que no te sigás atiborrando del Eutropo ese. Que te conoce y sabe que te hace mal.Y de eso entiende.
Para la desgana unos cuentos bien afilados de Cortázar, todas las noches antes de acostarte.
Espero que comprendas que me irá gustando publicar entradas de este intenso viaje.
Prometo , como siempre, no aburrir al personal.
Traje aguaplast porteño que es más barato.

Rosina Cavestany dijo...

¡¡TE QUIERO UN MONTON, ENRIUS!!

Enrius dijo...

Para Rosina:
De una u otra forma cada uno hace lo que hace, lo confiese o no, para que le quieran.
Poco a poco, que no es cosa que se improvise, voy teniendo ese privilegio que, aunque no siempre merecido, es lo mejor que le puede suceder a uno.
Enhorabuena por esa muchacha que tenés, vieja.
Una joya, sin desmerecer a la hermana.
Perdonen ustedes estas intimidades endogámico-familiares, estimados seguidores del Hipnal, pero a la que vuelve uno de según qué países de la América de Sur (siempre según se mire, porque ya se le ocurrió a Torres García, creo, dar la vuelta al mapa) queda uno reflexionando acerca de lo secos que debemos de parecer los "Gallegos".
Pero fíjense, muchos nos quieren allá más y más allá, de lo que nos esperamos.
Que ninguno de nosotros tuvo nada que ver con el genocidio aquel de la espada y la cruz.
Joder! y en frase de Borges, que repito mucho : nos separa el mismo idioma.
Pero no es cierto, nos une, y que a ninguno se le ocurra, a uno y otro lado del Atlántico, renunciar ni ocultar la seducción de sus palabras,con su música, su acento y sus modos de expresar el mundo y la vida con esta lengua de la que más vale estar orgullosos, defenderla y hacerla crecer.
Vale.