viernes, 16 de octubre de 2009

Buenos Aires,La Escuela de Mecánica de La Armada, hoy Instituto Espacio para la Memoria



Buenos Aires. Torreta de acceso al recinto de la ESMA




Buenos Aires. Fragmento del panel con fotografías de los oficiales torturadores de la ESMA en la actual Sala de Comunicación del Espacio para La Memoria








La Escuela de Mecánica de La Armada. Edificio Principal


La Escuela de Mecánica de La Armada. El Casino de Oficiales


La incipiente primavera porteña me obsequió con un sol radiante y un cielo azul en esos últimos días del septiembre austral.
Parece un amable comienzo para el relato de un paseo por la zona norte de Buenos Aires, en Núñez, sobre el 8200 de la Avenida del Libertador.
Pero no lo es.
Deseo explicar mi visita a La Escuela de Mecánica de La Armada situada en este lugar y los recuerdos de ese día me tiemblan en las yemas de los dedos que transcriben sobre el teclado los apuntes apresurados en mi libreta Moleskine.
El acceso al recinto es restringido y previa petición. Yo se lo debo a la amabilidad de un funcionario/a que, ante mi obcecada insistencia, permitió (creí entender através del teléfono, que debido a mi condición de artista español) que me uniera a un grupo de estudiantes que iniciaban en ese momento una visita guiada.
El relato se lo debo a un muchacho, Pablo Vialatte, que hizo las veces de cicerone del Instituto Espacio para la Memoria, destinado en 2004 por la Legislatura porteña para ocupar y guardar la de ese terrible predio.
Este hermoso lugar ocultaba, hace ya más de treinta años, todo el horror que allí vivieron los cinco mil infortunados que llegaron encapuchados y maniatados y donde sufrieron, a manos de sus captores, la pérdida de su condición humana.

Los que sobrevivieron de esos cinco mil, nos han dejado sus testimonios.

Se contempla en primer lugar la todavía tenebrosa torreta de control que daba acceso al recinto y a cuyos pies se extendían dos cadenas sobre las que saltaban los neumáticos de los autos, saltos que recordaban los cautivos que sobrevivieron, como su definitiva entrada al infierno. Tras un breve recorrido el guía nos muestra la que fue residencia del contraalmirante Rubén Jacinto Chamorro director de la ESMA y mano derecha de Eduardo Massera.Compartía tareas con el capitán Jorge Eduardo Acosta "El Tigre"
En ese "chalecito" vivía Chamorro con su familia y allí celebraba sus fiestas y reuniones con amigos, celebridades de la época, algún cantor de tangos y más de un dignatario de la Santa Iglesia Católica,cuya jerarquía tan solícita fue con la dictadura. Allí acudía también el propio Massera ( de aquel siniestro triunvirato con Videla y Agosti ¿recuerdan?) repartiendo instrucciones para el mejor funcionamiento del lugar, denominado en clave Selenio , el lado oscuro de la Luna.
Todo sucedía en El Casino de Oficiales, edificio con un cuerpo central y dos laterales de tres plantas y un ático- buhardilla. En el ala derecha se alternaban las viviendas de los oficiales/torturadores, en dos plantas, con el "grupo de tareas" en la planta baja, y la zona denominada Capuchas donde los detenidos permanecían con la cabeza cubierta y maniatados. En el ala izquierda se almacenaba todo lo robado a los detenidos. Un tal Radiche, al parecer hermano del director, se ocupaba de inventariar lo robado y de la venta de las posibles propiedades de los detenidos/desaparecidos.
Es muy detallado el relato y Pablo Vialatte, nuestro guía, lo lleva a cabo con una admirable sobriedad y procurando evitar, en lo posible, los detalles morbosos, insistiendo, cada vez, en que no se trata de remover el rencor sino de preservar la memoria, comprometerse con la defensa de los Derechos Humanos y mantener este terrible lugar como un necesario espacio de encuentro de la sociedad civil y el Estado que asume su responsabilidad sobre los hechos ocurridos durante el Terrorismo de Estado.
Estamos visitando un museo, un extraño museo, un edificio que guarda entre sus vacías paredes y en el silencio de sus salas la memoria del horror.
Los muchachos del grupo de estudiantes guardan un respetuoso silencio, de vez en cuando me miran con cierta extrañeza y les devuelvo una sonrisa para seguir caminando por un pasado que se hace presente y nos invade.
En la planta baja "el grupo de tareas" planea los operativos, secuestros y detenciones bajo la coartada de lo que fue llamado "el discurso de los dos demonios", una guerra abierta, militares contra terroristas que acabó siendo una represión indiscriminada contra cualquier sospechoso de "actividades subversivas".
Allí se dieron cita siniestros personajes cuyo nombre conviene no olvidar : Adolfo Astiz, Ricardo Miguel Cavallo, Adolfo Scilingo al frente de un grupo de ciento veinte asesinos y torturadores cuyas fotografías pueden verse en un panel gracias a la valentía del fotógrafo Víctor Basterra .
En el sótano de este Casino de Oficiales, hoy vacío y jalonado de paneles donde los supervivientes relatan los sangrientos episodios de su encierro, se practican las torturas como actividad cotidiana y se mezclan los cubículos para tales "tareas" con un espacio destinado a la falsificación de documentos.
Es allí donde el fotógrafo Victor Basterra debe retratar a todos los torturadores y falsificar documentos que, con otra identidad, les servirán para infiltrarse en organizaciones clandestinas como las Madres de Mayo entre las que practican el llamado "beso de Judas" que servirá para su localización, detención y finalmente desaparición.

Paseamos por lo playones de estacionamiento de vehículos donde llegaban los detenidos mientras el relato de Pablo nos recuerda que fue Massera quien puso en marcha el llamado "proceso de recuperación" destinado a utilizar los conocimientos y las especialidades de algunos de los detenidos para organizar el trabajo esclavo en beneficio de la Institución.
Parece ser que este golpista abrigaba el secreto deseo de ser el nuevo Perón y erigirse en presidente de una "renovada" democracia argentina. Los trabajos, desempeñados por los elegidos, sometidos a este proceso de recuperación, se realizaban en el mismo sótano donde se torturaba a los detenidos y se remuneraban con permisos de salida y pases de pernocta. Los "afortunados" volvían puntualmente cada mañana para seguir desempeñando sus funciones.
La valiente decisión de Basterra, uno de estos afortunados, es la de añadir una quinta foto a las cuatro que debía tomar de cada torturador, y guardarla escondida con riesgo de su vida.
Vive para contarlo.
Aquí las veo, en lo que ahora es el Área de Comunicación del Espacio para la Memoria, una sala en la entrada del edificio principal de la ESMA. Estan todos sus rostros alineados en un mural que nos muestra sus rostros impávidos, atravesados por la nube del tiempo que los endurece aflorando en cada torva imagen su petrificado interior.
Seres humanos como éstos renunciaron a su condición ejerciendo sus "tareas" en los seiscientos centros clandestinos, campos de detención y exterminio, diseminados por toda la República Argentina.

LAS PRIMERAS DENUNCIAS INTERNACIONALES

A comienzos de 1976, coincidiendo con el mayor número de desapariciones que se prolonga hasta 1979, llegan las denuncias de países como Francia, Holanda, Suecia y algunas, tímidas, de España recién salida de la dictadura.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicita visitar los lugares donde se practica "presuntamente" la detención, tortura y desaparición.
Chamorro y sus secuaces deciden entonces trasladar a los detenidos a unas casas de retiro espiritual situadas en El Tigre, al norte de Buenos Aires y a orillas del Rio de la Plata. Gentilmente cedidas por la jerarquía eclesiástica y con la bendición de monseñor Tórtolo, iniciador de los acuerdos con los milicos, estas casas albergan a los detenidos ocultándolos durante la visita de la Comisión Interamericana.
Al mismo tiempo se llevan a cabo en el Casino de Oficiales las obras de reforma necesarias para evidenciar las "mentiras " de quienes, como Maggio, se fugan y denuncian la terrible situación en la ESMA. Se ciega la bajada al sótano de torturas, se desmontan los ascensores que llevan a este lugar y se retiran los cubículos donde se aplica la "picana" a los "subversivos". Todo queda en orden para la visita de la Comisión. Esto sucede sistemáticamente desde 1979 hasta 1983. Aquí no sucede nada, señores.
Daban sus frutos las enseñanzas de "La Escuela de las Américas", iniciada en los setenta para combatir el socialismo/terrorismo en todo el Cono Sur, y tutelada que fue por personajes como Nixon, Kissinger(ideólogo de la Operación Cóndor) y Bush padre, y la escuela francesa de donde llegaban instructores experimentados durante la guerra de Argelia.

Seguimos transitando por estos lugares vacíos con el espíritu congelado por una memoria que ahora es también nuestra. Se agolpan en la mía los recuerdos de una época que, desde tan lejos, vivimos através de los diarios, de las lecturas, del cine y la televisión y ahora estoy aquí en medio de este vacío que me hace temblar y de estas paredes desnudas que me aprietan los entresijos del alma. Un estudiante del grupo se acerca y me pregunta si soy español y porqué estoy aquí.
En Capuchas leemos los testimonios de los que allí estuvieron y sobrevivieron. Cubiertas sus cabezas dia y noche pierden el sentido del tiempo y quedan reducidos a condición infrahumana. Un sólo baño para todos los detenidos , hombres y mujeres. A ellas se les permite ir juntas, en grupo, cada tanto, cada mucho, el tiempo no existe más. Es un breve momento de felicidad, levantan el trapo que cubre sus cabezas, se abrazan, sollozan, se hablan aprovechando la escasa benevolencia del joven soldado de vigilancia que acabará violándolas.
Arriba en un sobrado-buhardilla bajo la cubierta del edificio, Capuchitas un lugar que tiene su propia "lógica", un altillo habitado durante dos años en condiciones peores que las de Capucha.
Allí "viven"y son torturados a diario. En la oscuridad de los cubículos de madera, como ataúdes, escuchan los gritos de dolor de sus compañeros ahogados apenas por el volumen atronador de los receptores de radio que transmiten música día y noche.
Pan, un trozo de carne y mate cocido. Un día tras otro, un año tras otro. Viven.
El privilegio de los detenidos en Capuchas era el de ser bajados al sótano para la tortura. En un lugar de la escalera que comunica con la planta inferior se puede ver la inscripción temblorosa de quien quiso dejar su nombre como escueto testimonio de su paso por el infierno. Hoy queda protegido y enmarcado por un vidrio. Preservar la memoria.

En Capuchitas permaneció durante todo su cautiverio la dirigente de Montoneros Norma Rosito considerada por sus torturadores como un especial trofeo de guerra. Encapuchada día y noche, con grilletes y una vieja bala de cañón de veinte kilos de peso sujeta a sus tobillos, recibía con frecuencia la visita de Chamorro quien venía a charlar con ella de política. Secuestradora, a su vez, del general Aramburu fusilado por Montoneros, se la recuerda como un ejemplo de ánimo para sus compañeros de cautiverio. Pidió ser fusilada. Fue envenenada.

COMO UN EPÍLOGO

Volvemos con el grupo escolar a la sala de Comunicación. Escribo en el libro de visitas con la emoción propia del momento, no sé bien qué frases improvisadas y me prometo el ejercicio de contarlo aquí. Aunque resulte demasiado "prolijo". Intercambio con Pablo un abrazo, unas palabras y nuestros correos electrónicos. Se van los muchachos, uno de ellos se acerca, me abraza y me besa, sin palabras.
Salgo sobre Avenida del Libertador. La incipiente primavera porteña me sigue obsequiando con un sol radiante y un cielo azul.
Voy caminando en silencio, sin pensamiento. Buenos Aires es otra.

9 comentarios:

Octavio dijo...

Primero hay que saber amar, después sufrir y, al fin, andar sin pensamiento...
Terrible y hermoso tu relato, querido hermano. Después de leerte también me siento paseando contigo, pero solo, con la cabeza gacha, por la interminable avenida del Libertador. No podemos decir nada. Todos os del Hipnal te besamos, en silencio, estamos de pésame por aquellos pobres que tú nos recuerdas y con los que compartiste el espacio de la tortura y la humillación, aunque afortunadamente en otro tiempo.
La tortura es la más abyecta de las actividades que puede practicar el ser humano. Con esas mismas manos con las que perpetraban el horror y el dolor infinito acariciaban luego el pelo de sus hijos, partían el pan y servían el vino.
La vida de los muertos permanecerá para siempre en el recuerdo de los vivos, por eso es tan importante no olvidar y que exista en la Historia un lugar oficial para la Memoria, sería como el cielo de los que están y no están, un mismo espacio de amor para todos.

Enrius dijo...

Agradezco tu comentario , hermano.
No dudaba de que sería el primero.
Hemos paseado juntos por Libertador en aquel junio invernal hace ya cuatro años, por eso sé que habrás comprendido cómo fue el mío de vuelta desde el 8200.
Ya veo que has cazado al vuelo la expresión "andar sin pensamiento". La verdad es que me salió de algún lugar desconocido del inconsciente y al releerla recordé el fragmento del tango cantado por el "loco" Goyeneche. Pensé entonces en suprimirla porque no pareciera un guiño innecesario. Luego me dije: ¿porqué?. Y ahí quedó. Sinceramente, yo estaba así de vacío en mi regreso.
Volveremos el año que viene.

Pablo Vialatte, el guía, me ha escrito un emocionado correo, de modo que se confirma que, en general, les resulta a los porteños más fácil que a nosotros los "gallegos", la expresión espontánea de los sentimientos.
Por no mencionar a los montevideanos que, en eso, son todavía más expresivos(tollendo ponens). Vale

slava dijo...

Hermano, quisiste en este recorrido tremendo castigar tus agradables momentos porque pienso que te daban remordimiento. Ya sabes que me refiero a tu terrible pena y que temiamos que al llegar te sintieras muy mal. Como eres inteligente y sensible, supiste atravesar esa barrera y disfrutar el momento. Pero no faltó el momento triste dentro de tu viaje y veo el horror de ese lugar que yo no tendría fuerzas para recorrer. Y debería hacerlo, no hay que ser maricona.
La pérdida de memoria y la indiferencia ante estos hechos, es a mi modo, lo peor que le puede pasar a un ser querido y humano. A esas bestias que aùn existen y por las cuales estamos ahora votando para que se haga justicia, no tienen mas que un cuerpo de hojalata, impenetrable a sentimientos.
Por eso el Uruguay vuelve a mostrar un ejemplo en conciencia moral al haber dictaminado la Corte de Justicia, la insconstitucionalidad de la Ley de Amnistía a los militares y torturadores y ante este dictamen, la ley podrá con màs facilidad ser derogada. El SI y su papeleta rosada están por todos lados, pero siempre hay algun cretino que te dicen que hay que olvidar lo pasado.....
Besos hermano y gracias por existir

La flor azul dijo...

Enrius querido, te has convertido en un testigo más de una historia atroz. Cómo sabes vivo en Nuñez, que es un hermoso barrio, con la cancha de River, el estadio monumental en el que se jugó el mundial del '78, tan cerca del lugar en el que cientos de hombres y mujeres estaban desaparecidos. La instalación del museo ha dado lugar a la instalación del nombre de un lugar dedicado a la memoria.
Parece que es necesario instalarla porque por muchas razones corre riesgo de perderse. Así somos.
Tu visita fue una alegria, sobretodo por haber compartido algunas cosas muy lindas que tiene esta ciudad que acompañan muy bien a la amistad.
La Memoria de nuestra sociedad tiene en vos a un leal compañero.
Hay mucho por hacer en esta parte del mundo.
Parque Lezama está en flor y se escucha tango. De eso también tenemos memoria.
Un abrazo a Octavio y un saludo cordial a todos los demás.

Enrius dijo...

Gracias Slava y Flor Azul, queridas dos, por vuestros comentarios.
Era muy importante para mí dejar testimonio de mi dolorosa visita y relatarla a todos, aquí en nuestro blog.
Tengo la suerte de compartir afecto, ternura y comprensión mutua con Slava y Flor Azul (que no se conocen entre ellas pero saben de la existencia de una y otra, en cada orilla del Rio de la Plata).
Permitidme , las dos, que os proponga a mi vez, una necesaria visita a este terrible lugar para valorar la imprescindible preservación de la memoria. Ya sabeis ambas aquello de que, los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla.

El año que viene nos reunimos en una u otra orilla.
Vale.

O dijo...

Como el mascarón de proa recibo, flor azul, el oleaje de tus saludos a los demás, sin saber quiénes son, pero con la esperanza de que ellos sí lo sepan,
de manera que sea yo el cartero preciso y certero de tu nuñez, aunque me colijo será Núñez tu niñez junto a los de river, todos con bigotito, observando la tortura y la muerte de los desesperados, tumbados en el sillón de Gaspar el Revolú.
Sólo falta en la Argentina una monarquía peronista, pues ya tuvo todas las tendencias posibles de la cosa, todo vuestro ADN empapado de ello, por más que todas las ilusiones y aventuras resultaron, finalmente, una a una, experiencias fallidas. Una monarquía ilustrada... walt disney monarchy marxista y peronista, cristiana cristina y sus caprichosas voluntades y descendencia. Pero para consolarse podría servir imaginar una Argentina con Chávez peronista, dando lecciones democráticas a diestro y siniestro, y por televisión; o a Aznar moralista y xeneize; o a Sarco, Berlusco y Zapatero, todos en el alero de la ética del compromiso, junto a la puerta alemana de Ángela.
Permíteme este juego locuaz de la desgana, ahora que sé que conduces bien, pero raro, con la prosodia femenina que pone los acentos allí donde le viene en gana.
Recuerdo tu viaje a Logroño, tu rostro de Lara y el doctor Zivago en aquella estación de tren gélida y el viaje absurdo a ninguna parte, me pareció, a ninguna parte, todos los viajes de los demás me parece no llevan nunca a ninguna parte si no me llevan a mí.
La vida es también rara y muy corta, llevaban razón los viejos, con su desgana, que es ahora mismo la mía, como si esto fuera el juego de tú la llevas ahora, tú la llevas. Y la llevo.
Y ahí ha ido el corresponsal, Enrique (¡qué envidia que te ha visto!), bien asentada la boina entre sus sienes, en invierno, se mete por donde haya de meterse uno y luego lo cuenta... ¡qué sería de alguno de nosotros sin sus expediciones y correrías por el arte y la historia!
Según las categorías epistemológicas me ha tocado tu abrazo, y me lo quedo, querida flor azul... y perdona la desgana de mi pobre poesía, sin métrica ni monarquía...
No te puedo enviar otro abrazo correspondiente porque aún ando atrapado en el tuyo...
...y si quisieras escribirme fuera del hipnal, mi nombre y apellido juntitos, en minúsculas, la arrobita y hotmail.com
Abstenerse todos los perros ajenos a esta propiedad.

Octavio dijo...

Bien. Por un momento abandono mi letargia y echo un vistazo a la página de Irislis Rodríguez y veo que se está metiendo en terrenos difíciles y arriesgados. Siento admiración por su trabajo.
Así, de pronto.
Se está rebelando desde su página contra los abusos que ella considera están sucediendo ahora mismo en su país, Venezuela. Se expone. Denuncia. Engrandece el medio. Felicidades Irislis. Me gustaría poder ayudarte. ¿Qué podemos hacer desde la plácida y abotargada España? Utilicemos el medio, hagámoslo más humano.
Ruego a todos los seguidores de este blog echen un vistazo a Muchas Cosas.

15 de diciembre de 2009 18:12

Clari dijo...

nunca fui para la escuela de la armada, es decir, leí muchos libros de historia en donde cuentan sobre muchas personas importantes que ayudaron pero nunca al edificio, encima uno de los apartamentos en buenos aires cerca de ahí es el mío. debería pasar.

Enrius dijo...

En efecto, Clari, deberías pasar y vivir el recuerdo de aquel horror. Hazlo.