sábado, 25 de julio de 2009

De E. para O. Con Rivers y Guston


Philip Guston. Cabeza , 1980
Philip Guston, El pintor en la cama 1973

Larry Rivers ( a propósito de algunas pinturas de Philip Guston)
(...)Son concentraciones de sentimiento, pintadas con una intensidad casi lujuriosa, en las que las ambigüedades formales y de textura del "descubrimiento" del cuadro dan como resultado imágenes de gran fuerza y seguridad. (...) son presencias materiales,semejantes a espíritus druídicos, que pueblan los cuadros. Las formas se agarran y contemplan, se mueven lentamente hacia lo alto o reposan sombríamente como héroes caídos.

Muchas veces, aunque no siempre, O. y yo coincidimos en nuestros gustos pictóricos. Es el caso de estos dos artistas, americano y canadiense, que vuelven a encabezar este blog, representantes de una época que (sospecho) nos hubiera gustado vivir. Ambos serían, si vivieran, más de veinte años mayores que nosotros y es seguro que tanto O. como yo hubieramos dado algo de valor para poder visitar el estudio de Guston o asistir a una "jam session" con Rivers al saxofón en algún oscuro club neoyorkino en los años cincuenta.
Cada uno tiene sus sueños.
Hay, en ambos artistas , un dramático sentido del humor del que me siento cercano y apuesto que a O. le sucede lo mismo.
Por otro lado no era cosa de ponernos a hablar aquí de Picasso o de Matisse.
Que ya les vale.
En otra ocasión me arriesgaré a sacar a la luz del blog a otro raro diametralmente opuesto: Don Aureliano de Beruete. Que uno es de muy eclécticos gustos en esto de las artes plásticas.

sábado, 18 de julio de 2009

Empezar otra vez

Larry Rivers
Tiempos dorados. El más grande homosexual.
1978
Acrílico y lápiz de color sobre papel,218,4 x 142,2 cm.



Había considerado hasta ahora que era necesario mantener la primera entrada de este blog por el simple hecho de que se titulaba EMPEZAR.

He cambiado de idea.

De esta forma , y con una nueva imagen que no es de mi autoría, me da la sensación de empezar otra vez. Tal y como indica el título.

Y empiezo con alguien que me interesa. Se trata de un pintor no demasiado conocido por estos pagos, Larry Rivers, (1923 -2002) nacido Yitzhok Loiza Grossberg, en el Bronx neoyorquino y judío que decide cambiar su apellido debido (como él mismo confiesa) a sus muchas manías y neurosis. Uno de esos artistas mundialmente reconocidos y localmente ignorados.

Antes de conocer su obra, que es cuantiosa , precursora del Arte Pop americano y claramente opuesta al clásico expresionismo abstracto de la época, me interesé por su muy especial ideario que transcribo de forma resumida.


CÓMO OBRAR EN LAS ARTES (Con Larry Rivers)


Vacíate de todo.

Son las 12,00. Coge al adulto y échalo de la cama. El trabajo habría que hacerlo cuando se está desocupado, ya sabes, sólo cuando no hay ninguna otra cosa que hacer (...)

Estáte presto a admitir que los celos te mueven más que el arte. (...) ¿¿Miguel Angel?? De todas formas ¿a quién le gusta el queso?. Llama por teléfono a un amigo. Nunca cojas el teléfono antes de que haya sonado cuatro veces. Habla amargamente de tu más reciente fracaso. (...)

Más adelante imítate a ti mismo. Después de todo, ¿quién es la persona a quien más amas? (...)

Pase lo que pase, no te regocijes. Si lo haces, cuanto se ha indicado sabiamente aquí habrá sido una absoluta pérdida de tiempo. La misma naturaleza del arte como algo opuesto a la vida consiste en que en lo primero (el arte) uno ha de ser una verdadera máscara del sufrimiento, mientras que en lo segundo (la vida) sólo nuestra blanca dentadura debe atravesar y llenar enteramente el escenario. Lloramos en el arte. Cantamos con la vida.


La desfachatez de estas, aparentemente, absurdas cosas que escribía ya hace años el artista norteamericano, me hicieron reflexionar en aquel momento y aumentaron , si cabe, mis dudas acerca del arte en general y de la vida en particular.

No sé porqué las he vuelto a traer a la Habitación del Hipnal. Acaso por la imagen que las acompaña que coincide con la fascinación por el personaje que comparto con Rivers-Grossberg.

Puede que por la decisión del pintor de cambiar su nombre provocando, según se cuenta, las iras de su familia. Acaso por lo prolijo y diverso de su obra cuya visión me permito recomendar.

Quizás nuestros amables seguidores decidan aportar algo de luz.

O no.