viernes, 3 de abril de 2009

La fallera de Picasso


Fallera sentada en un sillón. 1910. 43 x 31 cms. Óleo sobre lienzo. Cubismo analítico.
Se trata de un falso Picasso pintado por Picasso, en su primera época parisina, para desorientar a sus imitadores. El cuadro fue vendido a la coleccionista Lady Margaret Chesham Duncan que lo mantuvo en la colección de su residencia veraniega en Huntercombe Place. Tras la muerte de Lady Margaret el cuadro pasó a manos de su sobrino Fermín S. Politos Duncan que lo donó al Metropolitan Museum de New York en cuyos almacenes permanece oculto, desde entonces, en espera de una nueva expertización.

2 comentarios:

Sazas dijo...

Intentando dilucidar que podría ser una fallera, me apresto a teclear en Wikipedia, y me encuentro esta oración:

"...Se tratan de la Fallera Mayor de Valencia y la Fallera Mayor Infantil de Valencia, en ambos casos son falleras de una comisión fallera..."

Válgame!...será acaso...?

Luego sigo leyendo y veo las fotos...En mi pueblo le diríamos Reina de Feria y listo. Eso sí, muy monos los trajes de las falleras que engalanan las fallas gracias a esa comisión fallera que les ha elegido, pues justamente como eso, Falleras Mayor y Menor.

Enrius dijo...

Amiga Irislis
Aparte de lo que se escriba en la Wiki, que no he consultado al respecto,la fallera es la más conspicua representación del folkore popular valenciano (Valencia, España).Se trata de una muy antigua tradición levantina y su vestimenta representa los más puros valores de "kitsch" hispánico.
Para mi gusto personal son personajes que me producen gran ternura y su actitud y presencia en una las fiestas más populares de nuestro país,la Fallas de Valencia, se me antojan una mezcla de devoción religiosa e inocente y blanco sectarismo localista.
Creo que en breve y con suerte publicaré un libro de dibujos y textos titulado "Gangsters y Falleras" donde se relatan las ,hasta ahora, desconocidas relaciones entre estos dos colectivos.
Como en cualquier otro lugar del mundo,las tradiciones populares,su indumentaria, su música y sus bailes presentan una faceta muy respetable para los amantes de las tradiciones,pero también abren un espacio para la ironía y una clase de humor (gráfico y digamos, literario) que yo practico desde hace mucho tiempo, con mayor o menor fortuna.
Trataré de publicar en el Hipnal algo relativo a todo esto.
Un saludo y no crea que olvido la continuación del relato oparvorulo hasta llegar lo más cerca posible de sus raíces.